por Isabel Dorado Auz
No. No hay guerra civil aún, el pueblo mexicano ha dado muestras de una gran resistencia, pero la inconformidad social aumenta y la explosión social puede ser incontrolable. La clase política ha recibido muchos mensajes, los cuales atiende coyunturalmente y siempre encuentra la forma de evadirlos.
No. No ha habido forma organizada que permita a fuerzas distintas a la derecha prianista asumir el control político del país a través de procesos electorales, Cárdenas lo intentó en 1988 y López Obrador en el 2006, ambos fueron víctimas de un fraude electoral. El Zapatismo le declaró la guerra al gobierno mexicano y solo logró dominar pequeños territorios en el sureste mexicano. Los liderazgos ciudadanos, desde Martí, pasando por Isabel Miranda de Wallace y finalmente el poeta Javier Sicilia, han recorrido el camino de las "instituciones" pero poco o nada realmente importante han logrado.
No. No es casualidad que muchos de nuestros jóvenes se estén incorporando al crimen organizado, con la idea clara, quizás, que es mejor vivir holgadamente un pequeño periodo de tiempo que pasar en la miseria el resto de sus vidas. Eso explica porque después de 40,000 muertes y las que se siguen acumulando, todavía se sigan presentando jóvenes a engrosar las filas del crimen organizado. No solo eso, también las "fuerzas del orden", aunque en menor escala, han logrado incorporar nuevos elementos, quienes pensarán quizás, como me lo dijo recientemente un prospecto a incorporarse a las mismas, es mejor chingar gente a que nos estén chingando a nosotros y sobre su posible muerte, la respuesta fue contundente, si te toca te toca.
No. No solo pasa en México. La inconformidad social derrumbó goniernos en el mundo árabe, en España hay un movimiento muy importante, los indignados, que amenaza con rebasar al gobierno establecido y en grecia, el pueblo culpa a las instituciones financieras internacionales de la debacle económica griega. En Noruega, en un sentido totalmente opuesto un ultraderechista decidió quitarle la vida a decenas de personas, resalta el hecho por ser un país con uno de los estándares de mejor calidad de vida y cuna del premio novel de la paz.
No. No está lejos una nueva ola de transformación política, la cual quedó abortada, de alguna manera en los finales de los 60s e inicios de los 70s del siglo pasado. El problema consiste, sin embargo, en que en esta ocasión no hay una propuesta ideológica clara hacia donde dirigir la alternativa y los estudiosos, que debieran proporcionarnos la alternativa, parecen haber sucumbido a los intereses de los poderes establecidos.
No. No desesperemos, siempre será mejor buscar la alternativa pacífica aunque se nos vaya en ello gran parte de nuestra vida. Nuestros hijos y nuestros subsiguientes descendientes merecen un mejor futuro que el que estamos visualizando. Aprendamos a defender nuestros derechos y a levantar la voz en contra de la injusticia, en cualquier forma que se presente. Valoremos en su justa dimensión la gran aportación que nos están brindando lo movimientos ciudadanos y acompañemos propuestas políticas claras y sinceras, en caso de existir, y démonos la oportunidad de transformarnos nosotros mismos para lograr transformar México.
Un saludo a la familia de Ramón Manriquez Guluarte, personaje polémico en la izquierda sonorense que perdió la lucha más importante de su vida en contra de la enfermedad que lo aquejaba. Al final de su camino trató de ser el político mediador que tanto necesita la izquierda, por ello, un agradecimiento sincero.
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