febrero 03, 2010

Maíz transgénico, un negocio transnacional

Isabel Dorado Auz

 

            Usted y yo lo sabemos, la forma en que actualmente llegan los políticos al poder se debe principalmente a esa capacidad que muestran para encontrar padrinos, aunque después se vean obligados a avalar cualquier tipo de iniciativa que beneficie a sus protectores aun y cuando sea lesivo para el pueblo que los eligió. Tal es el caso del otorgamiento, por parte del gobierno espurio, de más permisos para la siembra experimental de maíz transgénico.

            Muy buena inversión han hecho las grandes transnacionales para obligar a nuestro país a consumir un producto que en otros gobiernos, principalmente desarrollados, está prohibido. Según el periódico La Jornada "La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), dependiente de la Secretaría de Salud, expidió ocho autorizaciones sanitarias para la importación y comercialización de organismos genéticamente modificados para uso y consumo humano y animal, así como para procesamiento industrial, informó Agro Bio".

            De esta forma, el país entero está en proceso de convertirse en conejillo de indias gracias a la "buena voluntad" del gobierno mexicano. Aun y cuando, Greenpeace mencionaba que "hace unas semanas a escala internacional se dieron a conocer estudios científicos elaborados por el Comité Independiente para la Investigación e Información sobre Ingeniería Genética que alertaron sobre daños en hígado y riñones de mamíferos derivados del consumo de variedades de maíz transgénico".

            Poco le ha importado al estado mexicano la opinión de científicos e intelectuales al respecto. Se sabe que ocho premios nacionales en ciencia están llevando a cabo una campaña intensa en contra del cultivo de maíz transgénico tratando de contrarrestar la enorme fuerza de las compañías transnacionales, entre las que destaca Monsanto.

Por nuestra parte, acá en sonora, en la última semana de Octubre del año en curso, un grupo de ciudadanos decidimos enviar documentos al Congreso, al Gobernador y a la Sagarpa del Estado de Sonora para manifestar nuestra oposición a la experimentación con maíz transgénico en el sur del Estado. En ese entonces nos confirmaron que en tres municipios del estado estaban en proceso los primeros cultivos experimentales, pero nos negaron el derecho a saber donde exactamente estaban localizados. Solo mencionaron que los municipios son San Ignacio Río Muerto, Bacúm y Huatabampo.

Ante esta situación, iniciando el año establecimos contacto con el dirigente nacional de UNORCA, una organización campesina con fuerte presencia en el sur del estado, para llevar a cabo acciones conjuntas que nos permitan contrarrestar las acciones emprendidas por las trasnacionales. No debemos permitir que se pierda la independencia y la capacidad de nuestro país para producir su propio alimento. Del mismo modo, es imperativo evitar las consecuencias que esto tendrá para los campesinos, el campo y el maíz, nuestro patrimonio más importante.

Es tiempo de unir esfuerzos, de involucrar a todos los sectores de la sociedad porque todos vamos a salir perjudicados. En lo personal, sueño con que nuestras instituciones educativas se pongan del lado de los mexicanos y expliquen a la población, en términos científicos simples, los verdaderos riesgos que representan la generalización de los cultivos transgénicos, cuyo principal negocio se basa en el uso de agroquímicos más potentes que traerán como consecuencia acabar con la biodiversidad, en un embate más en contra de la naturaleza.

Seamos pues, conscientes de la importancia de nuestra participación. Empecemos por darle organización a esta incipiente lucha social y promovamos la integración de comités de defensa de nuestro maíz nativo.

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