marzo 02, 2011

Un pueblo sin representación

por Isabel Dorado Auz

En teoría, los diputados locales representan los intereses del pueblo sonorense, la triste realidad nos deja evidencia clara que tal representación solo es un espejismo. Por eso, sin ningún remordimiento y aceptando su triste papel de ser lacayos del poder económico, "nuestros" diputados están a punto de darle otra estocada más al bolsillo de la clase trabajadora.

Una vez más, el PRI y el PAN han acordado incrementar la tarifa del transporte urbano y solo es cuestión de tiempo para que "asuman el costo político" de asestarle, una vez más, este golpe a la clase trabajadora. Han decidido, teniendo como mudos testigos a los diputados del PRD, ensañarse una vez más contra los que menos tienen, a pesar de que son éstos los que más aportan en el pago de impuestos, de donde surgen los recursos que generan los jugosos sueldos que reciben estos verdaderos parásitos que en nada contribuyen a crear una sociedad más justa y con mayor equilibrio social.

La protesta ha sido permanente de parte de los directamente afectados, pero ante un órgano legislativo que pone oídos sordos a la demanda popular, será necesario incrementar el número de inconformes si realmente queremos detener el golpe anunciado. Se tienen que reforzar las estrategias de difusión, ya que los medios locales siguen prestando un gran servicio para justificar estos atropellos. La historia se repite,  de inicio una buena apertura, pero en los momentos clave, no conceden entrevistas o cierran el micrófono aquellos que todavía conservan esta modalidad, para finalmente terminar descalificando a los líderes sociales.

Podríamos decir que solos se encaminan al estallido social, al final de cuentas en caso de que eso ocurra serán los mismos de siempre, los de abajo, los que pongan los muertos y si la cosa se complica, los dueños del dinero siempre tendrán la opción de abandonar el país, como lo están haciendo, hoy en día, muchos empresarios de Nuevo León a propósito del la mal llamada "guerra en contra del narcotráfico". Por eso, a pesar de la agresión permanente debemos impulsar mecanismos de transformación pacífica del poder.

El impulso de los jóvenes, en el caso de la protesta en contra del alza al transporte público, debe ser la base de una renovación de liderazgos políticos que nos permita trascender a esta decadente clase política que solo piensa en mantener sus privilegios, sin importarles resolver la difícil problemática social que crece cada día más.
Tenemos que generar, sin desmayar, conciencia plena de que la ineptitud de la actual clase política nos afecta a todos por igual. Somos parte de una misma sociedad que conserva ciertas costumbres y ciertas relaciones sociales, mismas que se pierden o se añoran cuando nos vemos obligados a salir de nuestro país. Tal situación ocurre en una revuelta social, tal y como lo estamos observando en los países del medio oriente.

Por qué debemos tolerar tanta ineficiencia? sigamos protestando en las calles, ya que ese solo hecho representa una pequeña gota de agua que cuando se mantiene constante es capaz de abrir hasta la piedra más sólida. Hagámoslo hasta que nuestros intereses estén dignamente representados en ese conjunto que llamamos Estado.


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