Juventino Rosas, Gto., 17 de agosto. No se pueden enfrentar los graves problemas nacionales “si continúa el predominio de una mafia política, tanto o más peligrosa que la delincuencia organizada”, advirtió Andrés Manuel López Obrador, al dar a conocer aquí una carta al pueblo de México, en la que propone una serie de medidas para frenar la violencia y la inseguridad.
Entre ellas están impedir la privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex), reorientar el presupuesto público a actividades productivas, y la renuncia inmediata de los secretarios de Gobernación y de Seguridad Pública, Juan Camilio Mouriño y Genaro García Luna, respectivamente, así como del procurador general de la República, Eduardo Medina Mora.
Los motivos para exigir la separación del cargo de los funcionarios mencionados, explicó, “son obvios”, ya que “el primero (Mouriño) es un delincuente confeso” y los otros dos fueron integrantes del área de seguridad pública en el sexenio de Vicente Fox “y durante todo ese tiempo han demostrado su falta de integridad y eficiencia”.
En su último día de gira por Guanajuato, el político tabasqueño visitó Apaseo el Alto, Apaseo el Grande, Santa Cruz de Juventino Rosas, Comonfort y San José Iturbide, y se congratuló de encontrar una entidad muy distinta a la imagen que se tiene en el exterior de gente conservadora y de derecha. “Encontré ciudadanos con mente progresista, dispuestos a luchar”, dijo.
Hizo luego público un documento en el que advierte que los extremos de inseguridad y violencia a los que se ha llegado se originaron en el sexenio salinista, se acentuaron en la administración de Vicente Fox y se precipitaron después del “fraude electoral de julio de 2006”.
Hizo notar que el “fraude” llevó a más pobreza, desempleo, desamparo, a más inseguridad y más violencia, y frente a ese panorama “quien se ostenta como presidente de la República no sólo carece de autoridad moral, sino que su ineptitud es cada vez más evidente”, y lo único que se le ocurre “es amenazar con el discurso propagandístico de la mano dura, de más policías y soldados, leyes más severas y condenas más largas”.
Sin embargo, recalcó, ello no basta para enfrentar una situación que se ha originado por 26 años de estancamiento económico y profunda desigualdad. “Cuando hay muchos desempleados, gente económicamente desposeída y sin esperanzas, es mayor la tentación de escapar de la amarga realidad mediante las drogas y la violencia”, señaló.
En su manifiesto, López Obrador propuso una serie de medidas encaminadas a parar la ola de violencia y criminalidad. Además de la renuncia de Mouriño, García Luna y Medina Mora, insistió en la necesidad de seguir luchando hasta frenar por completo las reformas privatizadoras que presentaron Calderón y el PRI en el Congreso.
Entre otras razones, porque “el despojo de la renta petrolera creará un ambiente de insatisfacción que nos mantendrá en constante riesgo de confrontación”.
De aprobarse las reformas privatizadoras del petróleo, alertó, habría más pobreza y desempleo a la par de mayor frustración y violencia, y ello no le conviene ni “a la minoría rapaz” que domina en el país, porque nadie podría vivir con tanto desorden social, “a menos que por la codicia estén dispuestos a permanecer como rehenes en casas
amuralladas”, a viajar en carros blindados y moverse “con nubes de guardaespaldas”.
Otra de sus propuestas es reorientar el presupuesto hacia actividades productivas y reducir “el enorme gasto burocrático” del “gobierno de facto” en por lo menos 200 mil millones de pesos. Esos recursos, junto con los excedentes petroleros –que este año serán de 20 mil millones de pesos–, se podrán utilizar para fortalecer a Pemex, garantizar la soberanía alimentaria y crear empleos, sobre todo para los jóvenes”.
Asimismo, el ex candidato presidencial propuso que la Cámara de Diputados autorice mayor presupuesto a las universidades públicas, para que los 300 mil jóvenes que cada año son rechazados “tengan la oportunidad de estudiar y no se les orille a tomar el camino de las conductas antisociales”.
De igual manera, otorgar becas a todos los jóvenes que estudian en el nivel medio superior, como lo está haciendo el Gobierno del Distrito Federal.
López Obrador terminó su recorrido con un mitin en San José de Iturbide, donde reafirmó su satisfacción por lo bien que fue recibido en Guanajuato, a pesar de los intentos del gobernador de la entidad, Juan Manuel Oliva, por boicotear su gira.
Ayer, los alcaldes panistas volvieron a repartir despensas y a organizar actos paralelos para que los guanajuatenses no asistieran a los mítines de López Obrador. En el municipio de Juventino Rosas, un hombre alto y fornido trató de interrumpir el discurso del tabasqueño, pero los cientos de personas reunidas en la plaza principal lo obligaron a retirarse al exigirle que se identificara.
“Me enviaron a un provocador porque a estos panistas no les gusta que les diga que son unos rateros, pero no me van a callar”, exclamó el ex candidato presidencial entre aplausos.
Andrea Becerril, La Jornada, 18 de agosto.
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