por Miguel Topete
ANTECEDENTES:
En 1960 (quizá 1959) la FEG participó apoyando la lucha popular en contra del alza en las tarifas del transporte urbano; a partir de este hecho, a la FEG, cuya función principal consistía en el control estudiantil para favorecer intereses de grupos en el poder, la caracterizaron hechos que mostrarían facetas contradictorias; unos tendientes a ocultar su tarea represora, y que además, le permitían manifestar ante la sociedad y el gobierno, el control casi absoluto ejercido sobre el estudiantado tapatío, cuya fuerza política latente, invariablemente era usada, por la FEG, como amenaza a la hora de negociar posiciones de poder dentro del gobierno, naturalmente sin atentar contra la base estructural del estado (la U De G, por ejemplo, era un coto de poder exclusivo de Ramírez. Ladewig) Dichos hechos son de índole muy diversa, que van desde manifestaciones y movilizaciones con tintes populistas, hasta marchas a favor del pueblo vietnamita o a pregonar que la ideología de la revolución cubana era la vía libertaria para América Latina, (a este respecto la FEG se constituyó en miembro de la OCLAE). Y otros hechos, inevitables por ser derivados de su propia esencia, que manifestaban su verdadero carácter: El de mafia. Estos iban desde “bajes” tanto a cantinas como a tiendas y camiones repartidores, agresiones a transeúntes o población en general, algunos asesinatos, pero sobre todo, se distinguía por las golpizas propinadas a los estudiantes que se atrevieran a proponer otro tipo de liderazgo político para el estudiantado de Guadalajara. Entre éstos últimos debemos destacar un intento que, en 1964, hizo el grupo de González Gortázar por disputarle el control al grupo de Carlos Ramírez; este grupo, de la derecha priista, propuso una alternativa orgánica para dirigir al estudiantado de Guadalajara, y con este fin fue creada la FREU, con Federico Woolwort a la cabeza de la misma; pero la FEG la hizo abortar sobre la base de los golpes. Dos años después pasó lo mismo con Montialberti Serrano, quien al pretender competir con Enrique Zambrano Villa por la presidencia de la FEG, tanto él como parte de sus seguidores recibieron una golpiza brutal en la Escuela Preparatoria de Jalisco. Para 1967 la JCM había adquirido cierta fuerza política en la lucha estudiantil de dos escuelas del ITG de la U de G, éstas eran la Escuela Politécnica cuyo principal dirigente era José Flores, y la Fac, de Cs, Químicas cuyo principal dirigente era José Guerrero, ambos miembros del PCM; pero además la JCM tenia presencia política en algunas preparatorias y en la Escuela Normal, así como en la Fac, de Derecho y en la Escuela de Agronomía. Otras organizaciones de la izquierda Jalisciense tenían bastante influencia política en la Facultades de Filosofía y Letras, con Gabriel Vargas a la cabeza y la de Economía con Felipe Zermeño como dirigente principal; para 1969 se organizó otro grupo de la izquierda en la Fac. De Comercio y Administración, éste era dirigido por Juan Manuel Rodríguez Moreno. Hacia 1967 los “Vikingos” empezaban a manifestarse como una fuerza poderosa dentro de las secundarias del estado y en las escuelas preparatorias de la U de G aún cuando sus propósitos políticos no aparecían muy claros pues algunas veces participaron contra la izquierda y apoyando a grupos de la FEG como fuerzas de choque.
En 1967 hubo un movimiento en Cs. Químicas que tenia como objetivo único la destitución del director ing. Luis Castillo, a esto se opuso a toda costa, tanto la rectoría de la U de G como la FEG, que en sí eran la misma cosa; sin embargo Enrique Alfaro Anguiano, pretendiendo encubrir la incoherencia política de defender la postura de la mafia incrustada en la rectoría antes que asumir la defensa de las demandas estudiantiles, propuso que una asamblea general del estudiantado de Cs, Químicas decidiera el destino del movimiento. A la asamblea, Alfaro llegó con su 38 super al cinto y acompañado de unos treinta golpeadores, muchos de ellos armados, naturalmente para defender la postura de la rectoría; sin embargo, la gran mayoría del estudiantado votó la huelga y la réplica inmediata de la FEG no se hizo esperar ni un instante: Ahí mismo, en presencia de todo el estudiantado, los principales dirigentes del movimiento fuimos golpeados sin ninguna consideración por los gorilas; cinco de nosotros fuimos a parar a la cruz verde en donde el agente del ministerio público nos aleccionó diciéndonos: “Muchachos, ya los curaron, dense de santos que ésto no pasó a más; les aconsejo que mejor dejen así las cosas, no se metan con la FEG”. Por supuesto que nosotros no dejamos así las cosas, al día siguiente hicimos una marcha hasta el palacio de gobierno, a donde nos acompañaron compañeros de Economía, Filosofía y de la Escuela Politécnica y naturalmente los porros de la FEG que volvió a atacarnos en el mismo palacio de gobierno y que además, a los pocos días, desbarató la huelga sobre la base de metralletas y amenazas de hacerles consejo a los promotores de la huelga; nosotros por nuestra parte, con la base estudiantil amedrentada tuvimos que asumir el peso de la derrota pero algo valioso rescatamos para las luchas futuras: El conocimiento de la existencia de otras fuerzas independientes dentro de la universidad con las que en lo sucesivo nos apoyaríamos solidariamente.
Ese mismo año, en el mes de mayo, en la Fac. De Economía se efectuó un congreso nacional de estudiantes de economía. Los ponentes de la FEG, para no variar, asistían a las mesas de trabajo empistolados y con una actitud de perdonavidas tratando de conducir al congreso hacia las posiciones que a ellos les convenían, cuando se dieron cuenta de que esto era imposible golpearon al compañero Felipe Zermeño, ante esto, los compas estudiantes del resto del país determinaron abandonar el congreso dejando a la FEG exhibida y derrotada políticamente.
1968 fue un año de movilizaciones estudiantiles en todo el país; primeramente, en el mes de febrero, “La marcha por la ruta de la libertad”, organizada y auspiciada por la CNED, ( organismo en el ámbito nacional de la JCM para participar en luchas estudiantiles) para exigir la libertad de los presos políticos, entre ellos dirigentes de la CNED y la CCI que se encontraban sufriendo prisión en la cárcel de Morelia. “La Marcha” consistía en hacer un recorrido por la ruta de Hidalgo, esto es, partiendo de Dolores Hidalgo Gto. Recorrer la ruta que transitó el cura Hidalgo hasta llegar a Morelia, Mich.. En esta marcha participaron, entre otros, Pablo Gómez, David López Valenzuela, Antonio Medina, Raúl Ramos Zavala, etc. formando un contingente con grupos diversos representativos de la izquierda nacional. El gobierno de Díaz Ordaz, trató de abortar este movimiento apoyándose en una campaña difamatoria en la prensa y la radio nacionales, en la cual azuzaba al pueblo para que nos apedreara y nos lanzara jitomatazos, huevos podridos y pintura roja; cabe decir que sí sufrimos este tipo de agresiones pero solamente del corporativismo “charro” pues el pueblo en general nos miraba con curiosidad y se mantenía a la expectativa, pero ya por Salamanca comenzamos a recibir tibias muestras de solidaridad, tales como gritos de apoyo, aplausos, comida, dinero etc.; pero al llegar a Valle De Santiago la estrategia de Díaz Ordaz fue arrasada rotundamente por el recibimiento apoteótico que los pobladores de esta ciudad nos ofrecieron; el pueblo entero se fundió en abrazos con los marchantes; Maestros del lugar nos dieron la bienvenida en la plaza central, gentes del pueblo nos comparaban con sus propios hijos y nos acogieron como a tales, en fin, hubo aplausos, porras, risas, lágrimas, discursos, canciones, etc., en pocas palabras fue ésta una de las más hermosas fiestas cívicas que yo he vivido. Díaz Ordaz no se la pensó mucho, al día siguiente una caravana compuesta por unos 40 autobuses nos alcanzó camino a Yuriria, de varios de ellos bajaron las tropas apuntándonos con sus fusiles; acto seguido el coronel Luis Casillas (recientemente leí que fue el coronel Ferrer Villavicencio) quien iba al mando de la tropa, nos concentró en un lugar llano y apostó a nuestro alrededor y en las partes mas altas del terreno a soldados con ametralladoras apuntándole al contingente de la marcha. El coronel nos dijo que por órdenes superiores la marcha no daba un paso más; Que los camiones los llevaba para regresarnos a nuestros lugares de origen, que si nosotros aceptábamos su propuesta a nadie se le maltrataría ni se le detendría y que si persistíamos en seguir la marcha la tropa estaba presta a disparar sobre nosotros y que nos daba un tiempo pertinente para que lo discutiéramos y le comunicáramos nuestra decisión. Aunque en la discusión hubo muchas posturas discordantes, al final predominó la más sensata. Esto es, la de regresarnos a nuestras casas escoltados por el ejército; sin embargo, con este hecho comenzó a derrumbarse el prestigio de la CNED entre el estudiantado, que para estas fechas comenzaba a desconfiar de la vía democrática para enfrentar a un régimen de gobierno a todas luces represivo. Este hecho, que en aquel tiempo, a simple vista parecía intrascendente para la política estudiantil en Jalisco, a 36 años de distancia, cuando menos a mí, me aparece como un factor que influyó bastante en la posterior formación del FER y en los rasgos de su política, pues, justo es decirlo, aunque el estudiantado de la U De G, a escala masiva, ni siquiera se enteró de “La Marcha”, el contingente de Jalisco en “La Marcha” fue numeroso: Había estudiantes de Economía, Filosofía, Agricultura, de Cs, Químicas, de La Escuela politécnica, de diferentes Preparatorias, de La Normal Rural de Atequiza, de La Normal Regional de Cd, Guzmán etc. todos jóvenes, con inquietudes políticas que frente a las armas del ejército consolidamos lazos inquebrantables para las luchas posteriores ( valga decir, que fundamentalmente, estos fueron los grupos que apoyaron en Guadalajara el movimiento estudiantil del 68); todo esto aunado a la conciencia adquirida, en carne viva, del carácter antidemocrático del gobierno y de frente a esto la nula efectividad política de los movimientos democráticos.
El movimiento popular-estudiantil del 68, que en la ciudad de México, fundamentalmente, y en el resto del país se caracterizó por las movilizaciones masivas del estudiantado y de la sociedad en general contra el autoritarismo gubernamental y el entreguismo de la prensa nacional, en Guadalajara, excepcionalmente, se caracterizó por una lucha sorda, en la cual la sociedad en general quedó al margen, entre los diversos grupos de la izquierda tapatía (principalmente del estudiantado) y brigadistas del D F contra la FEG y los gobiernos estatal y federal. Hasta antes de este movimiento la FEG, de manera fundamental, dependía logísticamente de los recursos que le proporcionaba el grupo mafioso de Carlos Ramírez, correspondiéndole al gobierno hacerse de la vista gorda ante las tropelías de los gorilas, solapadas éstas por el aparato estatal quien les otorgaba a estos bichos una impunidad tácita. Es a raíz de este movimiento cuando son los propios gobiernos federal y estatal, los principales encargados de surtir de armas y vehículos a la FEG para que ésta cumpla las funciones de brazo armado del gobierno dentro de la universidad. A partir de este momento la FEG ya no se anda con miramientos, ni trata de guardar las apariencias; armada hasta los dientes hace guardias nocturnas en todas las escuelas de la U De G, Captura y tortura o entrega al SS y a la JFS a los desorientados brigadistas de la ciudad de México que tuvieron la fatal ocurrencia de venir a solicitarles apoyo para el movimiento, golpea o balacea a algunos de los brigadistas tapatíos que logra sorprender cuando éstos hacían “pintas” o “pegas” en los muros de los edificios de las escuelas; de todo esto los propios gorilas se ufanaban sin guardar el menor recato ya que el gobierno les había dado impunidad sin límites, incluido el permiso para matar si esto era en aras de evitar que el estudiantado jalisciense apoyara al movimiento del 68. La FEG cumplió tan cabalmente su misión que varios de sus dirigentes fueron premiados por Díaz Ordaz con relojes rolex y bochitos nuevos del año.
Para los diversos grupos de estudiantes que apoyamos al movimiento del 68, éste vino a ser como una escuela; aprendimos a conspirar, a organizarnos clandestinamente para cumplir con las tareas de propaganda, aprendimos a distinguir a los compañeros comprometidos verdaderamente con la lucha de los pusilánimes, y con el intento de huelga que se realizó en Filosofía para apoyar al movimiento, entendimos que la correlación de fuerzas nos era completamente adversa en una lucha abierta y democrática pues la FEG la sofocó con tan sólo llevarse secuestrados a la barranca a los dirigentes a quienes amenazó con desaparecerlos si persistían en el intento.
agosto 17, 2009
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