diciembre 01, 2008

Hombre de izquierda

José A. Ríos Rojo
Lunes 24 de noviembre de 2008

Empecé a tratar y a convivir con Rogelio Zamora Espitia cuando fusionamos los partidos de izquierda en 1987. Antes de esta fecha, tan solo lo había saludado algunas veces; él venía del Partido Comunista, el PSUM, y yo del Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT).


Nació en La Piedad, Michoacán. La búsqueda de oportunidades y de un pedazo de tierra hizo que llegara a Sinaloa a principios de la década de los 60 del siglo pasado. Fue fundador del ejido Agustina Ramírez y de otros más; sus dirigentes en ese entonces fueron Joaquín Salgado, Rigoberto Arriaga y Martín Carrillo, quienes al frente de la UGOCM repartieron tierras y formaron ejidos en la margen izquierda del Évora, en el municipio de Angostura, tal y como nos lo describe José Torres Angulo en su libro La lucha por la tenencia de la tierra en Sinaloa.

Rogelio Zamora era dirigente honesto y de una sola pieza. En él no había doblez. Recuerdo cuando pidió permiso en una asamblea del Consejo Estatal del Partido Mexicano Socialista (PMS) —que se realizaba en Rosales 245 oriente, Culiacán, Sinaloa, en el mes de enero de 1988—, para abandonar por un tiempo determinado las filas del PMS, pues nos comunicaba que se iba a sumar al movimiento de Cuauhtémoc Cárdenas. Fue de los primeros en Sinaloa en apoyar a Cárdenas. Algunos le dijimos que estaba equivocado, que no tenía futuro el movimiento de Cárdenas, pues había registrado su candidatura por un partido paraestatal, el Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM). A los pocos meses, los acontecimientos le daban la razón a Rogelio Zamora, nuestro candidato a la Presidencia de la República por el PMS, el ingeniero Heberto Castillo, declinaba a su candidatura para apoyar a Cuauhtémoc Cárdenas. La lucha nos volvió a unir con Rogelio Zamora. Él nos esperaba.

Fue de los principales dirigentes de Angostura de la Alianza Campesina del Noroeste, junto con Moisés Barajas, Nacho Chávez, Chuy Regalado, José Corrales, y otros más, en aquellas luchas por mejores precios de garantías del soya en el 90 del siglo pasado. En su carrito, La periquita (pick-up Nissan color verde) recorría el valle organizando y difundiendo el movimiento de la Alianza Campesina. Participó en la huelga de hambre en Las Brisas —que inició el 21 de octubre y concluyó el primero de noviembre— junto con Servando Olivarría, Benjamín Valenzuela, Mateo Benítez, Rosario Bojórquez, Félix Luna González, Juan N. Guerra y 37 compañeros más. Para que los estragos de la huelga de hambre fueran menos, practicaba yoga.

No era de esos dirigentes campesinos que no siembran y que se la pasan haciendo antesala en el tercer piso de la Unidad Administrativa del Gobierno del Estado durante varios días. Sembraba y era honrado, eso lo hacía diferente. No se cambiaba de partido político en cada elección; vivía modestamente; no le robaba el fruto del trabajo a nadie.

En las elecciones municipales de 1989 fue candidato a la Presidencia Municipal de Angostura por el PRD, obteniendo 2 mil 372 votos, los cuales lo llevaron a ser regidor. Cuando el PRD gobernó Angostura con Ramón Angulo, en el trienio 96-98, no fue funcionario municipal.

Se reactivó en la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador y se lamentaba de la actitud que asumió Cuauhtémoc Cárdenas, pues no lo vio activo en la campaña del 2006, como lo estuvo en 1988. Fue Angostura uno de los dos municipios donde López Obrador obtuvo más votos que sus contrincantes: AMLO, 8 mil 537 votos; Madrazo, 7 mil 320 votos y Calderón 4 mil 177 votos. En algo contribuyó Rogelio Zamora para obtener esta votación… de eso podemos estar seguros.

Pero la barbarie se ha apoderado de Sinaloa. El viernes 14 de noviembre por la tarde, después de trabajar y cuando se dirigía a su casa en el ejido Agustina Ramírez, unos sujetos le quitaron la vida a Rogelio Zamora y a su acompañante, Gabriel Vázquez Velásquez.

Esperamos que estos crímenes no queden en el olvido, como muchos otros. Mientras persista la impunidad y el maridaje entre autoridades y delincuentes, cualquiera nos puede quitar la vida pues está seguro que nada le pasará. Tenemos que hacer algo para desterrar la barbarie de nuestro Estado, si no, ella nos va a desterrar a nosotros.

riosrojo@hotmail.com

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