septiembre 10, 2008

La Belisario Domínguez para Miguel Ángel Granados Chapa.

Incertidumbres
por Sergio Aguayo Quezada

Una buena política de seguridad es la que identifica los riesgos antes de que éstos se conviertan en amenazas. En los estratégicos aeropuertos se aprecian las debilidades y fortalezas del gobierno federal en esta materia.
La Secretaría de la Defensa define a las instalaciones estratégicas como aquellas que por su "función son indispensables para la operación general del país". Los aeropuertos caen en esa categoría y para combatir la inseguridad que los caracterizaba han ido incrementándose las medidas para tapar sus múltiples vulnerabilidades. Y en el nombre de la seguridad nacional el Servicio de
Administración Tributaria (SAT) puso, en mayo pasado, nuevas medidas para la revisión de pasajeros y equipaje. Y con esa misma lógica las fuerzas de seguridad estrecharon la vigilancia sobre las compañías aduanales.

Los aeropuertos también son espejo fiel de la mexicanidad. En este México nuestro es imposible aburrirse. Nuestras terminales aéreas son, en apariencia, un oasis de tranquilidad, certidumbre y modernidad. Pero cuidado con bajar la guardia porque en ellos acechan los mercaderes que inundan sus pasillos con todo tipo de mercancías, los taxis abusivos o piratas, los delincuentes que al menor descuido sustraen carteras o se llevan bolsas de mano. Y sí, la incertidumbre es como el chile habanero que sacude nuestra cotidianidad.
Jueves 4 de septiembre. Me traslado al aeropuerto a las diez de la mañana, una hora pensada para evitar lo peor del tráfico matutino. La meta es subirme al vuelo
156 de Aeroméxico para llegar a Guadalajara e impartir una conferencia a los integrantes de la Asociación Mexicana de Horticultura Protegida. No hablaré de hortalizas cultivadas en invernaderos sino de la guerra contra el crimen organizado. Lógicamente, aprovecho el tiempo de espera y vuelo para repasar la coherencia de los argumentos y la claridad de las cifras.
Mientras divago sobre el concepto del riesgo, se filtra por los altavoces la insidiosa incertidumbre. Piloto irritado informa que un avión había roto el asfalto de la pista de Guadalajara y que estaba cerrado el aeropuerto. El aterrizaje entra en la nebulosa del quién sabe. Piloto se desahoga y durante varios minutos nos cuenta que eso sucede con cierta frecuencia en el país porque "nuestros aeropuertos están siendo sobreexplotados y no les dan mantenimiento adecuado".
Si no se resuelve el problema nos vamos a Puerto Vallarta.
Los murmullos de inconformidad se atenúan porque al menos recibimos información precisa. Reaparece el enojo cuando el piloto informa que ni modo, que no hay de otra, que la siguiente parada será en Vallarta. Cada quien ajusta mentalmente sus agendas y hace planes de emergencia. La adrenalina medio recupera su nivel cuando a los pocos minutos aclara que siempre sí bajamos en
Guadalajara. ¿Estará arreglada la pista?, ¿son seguros los aeropuertos?
Viernes 5. Termina estancia en Guadalajara. Viaje transcurre con normalidad. Llego a la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México que rechina con el brillo de su modernidad. La realidad me jala cuando me paro enfrente del México esquizofrénico: arriba de la caseta dice Taxi autorizado pero a la altura de la vista está un anuncio verde fluorescente en el cual la
Procuraduría Federal del Consumidor nos advierte que la compañía de taxis seguramente está violando la ley. Recuerdo el sainete de fuerzas federales jaloneándose con taxistas y siendo incapaz de evitar que el Sitio 300 suba los precios sin autorización. El martes 9 me entero que con enormes dificultades pero el Estado va teniendo pequeños logros y está acotando al monopolio de taxistas que desde tiempos inmemoriales exprime a los usuarios del principal aeropuerto del país. Fragilidad del Estado confirmada.
De regreso en la capital obtengo información que da credibilidad al relato del piloto. El 24 de junio de este año cerraron la pista de Guadalajara durante tres horas por el "desprendimiento de una parte de la carpeta asfáltica de la pista principal" (Mural, 25 de junio del 2008). El 6 de septiembre del 2007 Víctor Cardoso da una explicación en La Jornada sobre la situación de los aeropuertos privatizados. De ese texto rescato unas palabras del presidente del Colegio de
Pilotos de México, Miguel Ángel Valero Chávez: "el interés de los tres grupos concesionarios de la red aeroportuaria del país por obtener el mayor y más rápido retorno de sus capitales ha propiciado un deterioro de las áreas operativas como pistas, plataformas y calles de rodaje... las inversiones se han aplicado en particular para la expansión de zonas comerciales y edificios terminales".
También entrevisto a personas de ese ambiente, quienes confirman, a condición de respetar su anonimato, que el Grupo Aeroportuario del Pacífico -la empresa que administra Guadalajara- es el "que menos cumple".
El director del aeropuerto tapatío, Guillermo Villalba, rechaza el incidente y responde con un tajante "el jueves no se cerró la pista y puede citarme". ¿Habrá sido una alucinación colectiva causada por ovnis que intentaron secuestrar al vuelo 156?, ¿habrá sido la broma de algún controlador intoxicado por los efectos letales de un almuerzo con birria y menudo? Esclarecerlo corresponde a la Dirección General de Aeronáutica Civil de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, cuya tarea es supervisar los aeropuertos.
La seguridad exige certidumbre y vivir en México es una constatación permanente de que estamos indefensos, es vivir en la soledad de quienes enfrentan una pléyade de fuerzas hostiles. En las calles y en los restaurantes, en nuestras casas y en el mercado, arriba del avión o en el Metro, el papel del Estado es el contribuir, casi siempre, a la incertidumbre.
La Miscelánea
En San Luis Potosí el gobierno federal ha demostrado una y otra vez su respaldo a una minera canadiense (New Gold Inc.) que a través de la Minera San Xavier depreda el medio ambiente del Cerro de San Pedro. Una amplia coalición ciudadana (el Frente Amplio Opositor) tiene años enfrentándose a la minera y a los gobiernos federal y estatal que la arropan. Este jueves 11 de septiembre se inaugurará, a las 19:30 horas, la exposición temporal "Cerro de San Pedro. La resistencia a la barbarie" en el Museo del Estanquillo (Isabel la Católica 26,
Centro Histórico). Participarán en el acto, entre otros, Carlos Monsiváis y Rafael Barajas, "El Fisgón".
Comentarios: e-mail: saguayo@colmex.mx

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