septiembre 02, 2008

PRD entra a fase crítica de posible ruptura


Las elecciones intermedias de 2009 y la definición sobre la reforma energética son temas que podrían terminar con la unión entre `Lópezobradoristas´ y `Chuchos´

Jorge Octavio Ochoa jorge.ochoa@eluniversal.com.mx
Este mes será definitorio para el futuro del PRD. La unidad o la ruptura entre los “Lopezobradoristas” y “Los Chuchos” se decidirá de cara al mes de octubre, cuando inicie formalmente las elecciones intermedias del 2009 para renovar la Cámara de Diputados.

“Es posible que en septiembre se de un momento de definición ineludible dada la reforma energética que se discute en el Congreso. Si cada quien sigue su camino se puede llegar a una situación límite. La unidad necesita de la aceptación de las partes a una instancia de decisión”, señala el análisis del CEN del PRD.

Las posturas se han enconado porque, por un lado, Andrés Manuel López Obrador, líder indiscutible de uno de los bloques y figura prominente del partido, se ha negado a discutir las controversias de manera colegiada, en los órganos existentes, como sería el caso del Consejo Nacional, señala el informe de la Secrearía de Formación Política del CEN del PRD.

Sin embargo, los llamados “Chuchos” han decidido por su parte asumir formalmente la dirigencia del PRD, con una serie de acciones y decisiones que les dan el control absoluto del partido, como es la negociación del paquete presupuestal del 2009 con el secretario de Hacienda Agustín Cartens.

De acuerdo con análisis internos del propio PRD y el FAP, López Obrador ya perdió más de la tercera parte de sus electores, lo que implica que el año próximo el PRD no contará ya con ese “bono” que le redituó más de 15 puntos porcentuales en las elecciones presidenciales del 2006.

El PRD volverá a su piso histórico de entre el 15 y el 17%, que lo dejará nuevamente como tercera fuerza política en el panorama nacional y con el riesgo de verse todavía más debilitado con las acciones que realicen el Partido del Trabajo y Convergencia para restarles más votos.

Esto ocurre en medio de un panorama de inminente radicalización del bloque Lópezobradorista que arrancará el próximo 15 de septiembre, con la celebración del grito de independencia, en el Zócalo que, paradójicamente, se convierte en una fecha peligrosa para el país.

Se vislumbran tomas de tribuna, cercos al Congreso, cierre de avenidas, calles y carreteras y tomas de aeropuertos. La estrategia Lópezobradorista, de acuerdo con los análisis internos del PRD, es generar una escalada de inestabilidad que debilite a Felipe Calderón a tal grado que lo orillen a la posible dimisión del cargo.

Para los “Chuchos” dicha estrategia, además de ser riesgosa para el país, sólo podría causarle un mayor daño electoral a ese partido. “Se pone en riesgo todo lo que ha ganado la izquierda y lo que se ha avanzado en la transición a la democracia. Sería el retorno al vanguardismo que cree que un grupo de iluminados pueden redimir al país”.

Otro punto de fractura está en la definición de las candidaturas del PRD para el 2009. La confrontación entre los Lópezobradoristas y los “Chuchos” ya se ha empezado a prefigurar en el caso de Acapulco, donde PT y Convergencia intentan utilizar las siglas del Frente Amplio Progresista (FAP) para impulsar a un candidato ajeno al PRD.

De esta forma, sólo un intento de albazo o imposición del PAN y PRI en torno a la ley energética podría reaglutinar a las dos alas del PRD. Si la dirigencia de Acosta Naranjo logra negociar una reforma de Pemex, cercana a su iniciativa y un paquete presupuestal favorable a sus gobernadores, el pretexto de tensión se debilitará.

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