marzo 03, 2009

Los nueve Consejeros que asaltaron el presupuesto


Alvaro Cepeda Neri / PORESTO
Conjeturas

Se arrepintieron, pero estuvieron a punto de consumar un despojo (como toda la élite gobernante que gana sueldos millonarios, más lo que se embolsan). Se trata de los consejeros del IFE, el organismo que en lugar de cuidar el más estricto cumplimiento de la legalidad electoral, se dedica a convalidar los fraudes poselectorales para, en complicidad con el resto de los encaramados en los poderes municipales, de las entidades y federal, traicionar a los ciudadanos que todavía ocurren a votar.
Esos nueve: Leonardo Valdés, su presidente y María Elizondo, Virgilio Andrade, Marco Gómez, Francisco Guerrero, Alfredo Figueroa, Benito Nacif, Arturo Sánchez y otros, que deberían estar en la sección: “Se buscan”, asaltaron el presupuesto y cuando ya se llevaban, cada uno, en efectivo, medio millón de pesos (370 mil limpios de polvo y paja, más sus prestaciones por más de 200 mil pesos) fueron pillados por la opinión pública.

Y tuvieron que devolver un aumento de casi el 100 por ciento, cuando más de 100 millones de mexicanos sobreviven en la desesperación, víctimas de los bajísimos salarios, despidos, falta de empleo y empobrecimiento, a causa del mal gobierno derechista que tenemos, de la crisis económica que arrastramos por la corrupción de la clase gobernante y, por la depresión económica que nos llega, vía nuestra conexión con el capitalismo estadounidense, de la crisis financiera que avanza implacable por casi todo el planeta.
Los consejeros del IFE, por su falta de “sensibilidad”, y por cínicos, se autoasignaron, a sus 170 mil pesos que ya ganan, el aumento señalado para obtener mensualmente 370 mil pesos, como los que se embolsan los once ministros de la Suprema Corte que salen con la estupidez de que la matanza y represión de Atenco no fue ordenada por el “cara bonita” de Peña Nieto.
Cuando sobre todo la prensa escrita informó del hecho, que no fue más que un asalto consumado, y empezaron las presiones de los comentarios y las críticas, entonces devolvieron lo robado e hicieron acto de arrepentimiento. Los nueve se formaron detrás de una mesa y ante los reporteros, hipócritamente, se echaron para atrás, pero ya habían cometido el atraco.
Esos consejeros tienen comida, desayuno y cena gratuitamente. Les dan tres celulares. Dos choferes y dos automóviles. Gasolina, guardaespaldas. Cuando van a restaurantes piden factura y la deducen de sus impuestos. Desarrollan sus funciones en el cargo que pelearon como perros para obtener, con todas las comodidades. Y reciben, pues, sueldos millonarios.
No conforme con ello se aumentaron por decisión propia, asaltando el presupuesto que tienen asignado para el trabajo del IFE. Y en la noche del lunes 23 de febrero, un día antes del homenaje anual a La Bandera, en sínodo nocturno, se aprobaron el aumento. Finalmente se arrepintieron. Pero fueron sorprendidos asaltando el dinero del pueblo. Estaban robando. Y solamente devolvieron lo que se llevaban.

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