Por Adriana Amezcua / Reporte Indigo 02 Oct 2009
Mientras los mexicanos nos distraemos con la telenovela política de Juanito, pocos se asoman a ver lo que sucede en la Cámara de Diputados.
Ahí, en la sede de San Lázaro, se está terminando de escribir, casi bajo las sombras, el guión sobre el que se pretende forjar el futuro de México.
Es un guión que se redacta entre jaloneos, negociaciones, tráfico de intereses, influencias, concesiones y hasta confrontaciones de facciones, aliados políticos y poderes fácticos que buscan evitar que se sacuda el statu quo.
Es un guión que ya estaba escrito aun antes de la elección legislativa del 5 de julio. Podríamos habernos ahorrado los miles de millones de pesos que se gastaron en las campañas. La conformación de los presidentes de las comisiones que manejarán la agenda legislativa nacional sería la misma.
¿Pruebas? Diez de las 12 comisiones estratégicas -incluyendo Gobernación, Hacienda, Presupuesto, Economía, Energía, Justicia, Radio y Televisión- serán presididas por diputados plurinominales. De los que no necesitaron del voto popular para tener curul.
La partidocracia ya los tenía definidos. Fuera el que fuera el resultado en las urnas. Son los que garantizarán que los intranquilos políticos, los que quieran sacudir a los monopolios o los que busquen reencauzar el gasto social se topen con pared.
Y es que la mira no es de largo alcance. El horizonte político para el que se escribe este guión apenas alcanza hasta el 2012. Para garantizar un estable relevo presidencial.
Nada es suposición. Basta asomarse a la bancada del PRI para ver que el monolito tricolor está fragmentado. Por encima de Beatriz Paredes, es Enrique Peña Nieto quien acapara legisladores. Son 45 si se les cuenta en directo. O 71 si se incluyen los incondicionales.
La presidenta del PRI trae 24 legisladores en control directo, mientras que el gobernador veracruzano Fidel Herrara tiene 19, y Ulises Ruiz y Mario Marín 14 cada uno. Desde el Senado, el poderoso Manlio Fabio Beltrones controla 13.
Para los priistas, como primera mayoría, fue la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública. Ésta es la joya de la corona. Desde esa presidencia se negocian las asignaciones a partidas presupuestales específicas para los estados.
Luis Videgaray Caso, el financiero de Enrique Peña Nieto, fue el agraciado. Desde sus favores para los gobernadores priistas se pretenderá pavimentar la candidatura del gobernador mexiquense a la Presidencia.
También fue para el gobernador del Estado de México la Comisión de Justicia. Su legislador Humberto Benítez Treviño será el presidente.
Y en la fracción del PAN, las cosas no son distintas. Los neopanistas se llevan 29 curules, mientras que El Yunque acapara 28. Ambos grupos están por encima de los 26 legisladores incondicionales que tiene el presidente Felipe Calderón.
Entre los gobernadores panistas, Emilio González, el de Jalisco, domina con seis legisladores, lejos, muy lejos, de los 45 -ó 71- del
priista Peña Nieto.
El sonorense Guillermo Padrés trae 5, igual que el guanajuatense Juan Manuel Oliva. Santiago Creel, desde el Senado, controla a cuatro legisladores, igual que José Guadalupe Osuna.
Para los panistas fueron las estratégicas comisiones de Hacienda, Gobernación y Energía, entre otras. En la de Hacienda, se instaló el calderonista Mario Alberto Becerra. Y en la de Gobernación, el también calderonista Javier Corral Jurado. La de Energía fue para un creelista: el regiomontano Felipe de Jesús Cantú.
Por lo que toca a la fracción del PRD, los Chuchos con su Nueva Izquierda controlan a 31 legisladores, mientras que Izquierda Unida de Alejandro Encinas trae 14, tres más que Marcelo Ebrard, que controla a 11.
Andrés Manuel López Obrador domina a 8 legisladores, uno por debajo de la zacatecana Amalia García, que tiene 9. Y el infausto René Bejarano tiene sentados en San Lázaro a 4 de los suyos.
Para ellos apenas alcanzó una comisión estratégica. La de Puntos Constitucionales, que se la dieron a Juventino Castro y Castro.
Los perredistas recibieron una comisión debajo de las dos estratégicas que logró el Partido Verde. Para los ecologistas fueron Radio y Televisión, con el tabasqeño Juan Gerardo Flores, y la de Función Pública, que tomó Pablo Escudero, del D.F., yerno de Manlio Fabio Beltrones.
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