octubre 28, 2009

Los móviles verdaderos

Guillermo Fabela Quiñones
Apuntes…Poresto.net

Muy pronto va apareciendo la verdad detrás de los actos fascistas del "gobierno" de Felipe Calderón. Sin esperar tiempo, siquiera para avalar su dicho de que no persigue la privatización de la industria eléctrica, la subsecretaria de Telecomunicaciones de la SCT, Gabriela Hernández Cardoso, anunció la licitación de la fibra óptica en poder de la Comisión Federal de Electricidad, la cual pasó a ser la administradora de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro a partir del "decretazo" que la extinguió el pasado 11 de octubre. Asimismo, de acuerdo con un documento elaborado por la Secretaría de Energía, que circuló en la Cámara de Diputados a pesar de la prohibición del "gobierno" para hacerlo público, se confirmó que la principal carga de la empresa es la compra de energía eléctrica a la CFE, de ningún modo el contrato colectivo de trabajo.
Así quedan en evidencia los verdaderos móviles de Calderón al haber tomado una determinación a todas luces ilegal, bajo argumentos que ahora comienzan a rodar por el suelo, a pesar de las insidiosas campañas del duopolio televisivo en contra de la organización sindical y su dirigente. Se trata de otra maniobra orientada a despojar a la nación de un bien propiedad del Estado, en este caso la valiosísima fibra óptica, la cual operada bajo lineamientos de honestidad y de servicio a la sociedad nacional, dejaría enormes dividendos sociales que catapultarían a México al nivel de crecimiento largamente escatimado desde hace casi tres décadas.

Sin embargo no será así, pues ya Calderón decidió privatizar este recurso tecnológico, fundamental en las telecomunicaciones, y no satisfecho con esto todavía nos quiere aumentar los impuestos a los causantes cautivos, lo que equivaldría a cancelar el futuro de las nuevas generaciones de mexicanos. Así queda plenamente demostrada la voracidad de una oligarquía que no tiene empacho en dañar al país de manera irreparable. Lo más dramático del caso es que nos metió el "gobierno" en una escalada regresiva cuya única salida, más temprano que tarde, será la represión a los justos movimientos de protesta que habrán de surgir en todo el país, por el firme rechazo del Ejecutivo a las justas demandas de un pueblo acosado desde todos los frentes gubernamentales.
Es claro ahora que mientras no se actúe con la misma firmeza para contrarrestar los acosos del "gobierno federal", los problemas para las clases mayoritarias irán en aumento. Es obvio que a Calderón no le importan las consecuencias de sus actos antidemocráticos, ante su prioridad insoslayable que es servir fielmente a la oligarquía. De ahí la urgencia de cerrar filas para frenar sus embestidas, so pena de llegar a extremos de ingobernabilidad que no desea el pueblo, pero a los que se vería obligado a llegar ante el imperativo de sobrevivir. La estrategia de Calderón de "jalarle los bigotes al tigre", como se dice coloquialmente, es insostenible durante mucho tiempo. De ahí la preocupación que está despertando en el extranjero la falta total de sensibilidad social de Calderón.
Si el PRI le está apostando al desgaste natural de Calderón por su impericia, y así recuperar la Presidencia de la República en el 2012, tal apuesta le puede resultar fallida, en tanto que los efectos de tanto error y tanta corrupción serían de tal envergadura que no habría margen para arreglar un caos total, cuando menos en un plazo perentorio, y no sería el PRI, tal como lo conocemos, el salvador de una hecatombe anunciada. Surgirían necesariamente otras fuerzas, con estrategias inéditas y un proyecto de país en el que no cabrían más los viejos modelos, mucho menos el neoliberal que abrazó el partido tricolor a partir del sexenio de Miguel de la Madrid.
Por ahora, lo único razonable es parar el proyecto fascista de Calderón, por las buenas antes de que tenga que ser por las malas, tarea ineludible en la que el PRI puede aún jugar un papel decisivo, siempre y cuando asuma su responsabilidad de fuerza mayoritaria en la Cámara de Diputados. Son dos las tareas esenciales en tal sentido: apoyar al SME en su justa lucha reivindicatoria y evitar la privatización total de la industria eléctrica, privatizada ya en 40 por ciento de sus activos. Y frenar la voracidad recaudatoria de Calderón, que no se justifica bajo ningún aspecto, pues hay abundancia de datos que confirman que hay otros medios para que el erario obtenga recursos sin tener que seguir lesionando la economía de las grandes mayorías y creando millones más de nuevos pobres. Es evidente que ante la complicidad u omisión de los priístas, Calderón no ha tenido empacho en avanzar a pie firme hacia la consolidación de su proyecto de país sin instituciones al servicio de la sociedad en su conjunto, sino de una plutocracia insaciable con intereses ajenos a la nación. Ya basta de tamaña necedad.

gmofavela@hotmail.com

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