octubre 20, 2009

Los negocios en la Comisión Federal de Electricidad

Aquí está el detalle...
Maromas en lo oscurito


Enrique Galván Ochoa   /   Dinero   /   Laa  Jornada

¿Privatización del sector eléctrico? ¿No será más apropiado hablar de renacionalizarlo? Privatizado ya está: 50% de la luz que se consume en el país la generan grandes corporaciones nacionales y extranjeras, y los excedentes se los venden a Alfredo Elías Ayub. (El director de la CFE es un personaje singular dentro de la tecnocracia, a la que se incorporó en tiempos del doctor Zedillo y ahí sigue: detrás de su aparente fragilidad física, el bastón que lo acompaña siempre, esconde una ambición personal desmedida).

Cuando el presidente López Mateos nacionalizó el sector, en 1960, sólo operaban dos empresas, Mexican Light&Power Co y American&Foreign Power Co.

Hoy el panorama es dramáticamente distinto: la Comisión Reguladora de Energía ha otorgado casi un millar de permisos especiales a empresas particulares para que produzcan electricidad: unos son para autoabastecimiento, otros de cogeneración, también hay de importación y exportación, asimismo para pequeña producción y algunos para "usos continuos"". Cualquier cosa que cada concepto signifique, en la práctica es electricidad que ya no produce el gobierno mexicano a través de la CFE, en clara violación a la Constitución.

En el Valle de México y sus alrededores, a LFC sólo le habían dejado como clientes a las empresas medianas y pequeñas, las dependencias de gobierno que no pagan su consumo, las plantas de algunos medios de comunicación que tampoco pagan, los usuarios domésticos y los diablitos.

Las miniCFE

Hay empresas que operan como mini-CFE, tienen su propia lista de clientes.

Una es la española Iberdrola, suministra servicios a Coca-Cola, Kimberly Clark, Colgate-Palmolive, Altos Hornos de México, Oxxo, DuPont, FEMSA, Gas Natural y numerosas más.

Otras tienen permiso para atender sus propias necesidades, pero venden sus remanentes: Telmex y Wal-Mart, 100 permisos cada empresa; Bimbo, 25; Cinemex, 19; Liverpool, 15; Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, 5. Por eso los grandes corporativos tomaron con tanta calma la liquidación de LFC: no les afecta, está asegurado su propio suministro. Uno de los mejores clientes de Elías Ayub está del lado americano: son los consumidores del sur de California. Es un negocio muy complejo, sospechoso también, fincado en la termoeléctrica de Cerro Prieto, la zona geotérmica del Valle de Mexicali. La CFE compra vapor de agua a la Constructora y Perforadora Latina SA (Coperlasa), el cual es extraído de sus yacimientos. ¡Y son propiedad de la nación! O sea, CFE compra lo que es suyo. En Coperlasa aparecen los nombres de Carlos Ruiz Sacristán, ex secretario de Comunicaciones, y Alberto Escofet, ex director de la CFE.

Otra compañía, Sempra, se lleva a California la electricidad que se produce en Mexicali y la vende a sus clientes más barata que la que adquieren los mexicanos a la CFE de nuestro lado de la frontera. Entonces: ¿privatizar o renacionalizar? Sale sobrando decir que el gobierno panista ya tomó la decisión de llevar la privatización a sus últimas consecuencias. No tiene la intención de rectificar el multimillonario esquema armado con las principales empresas del país, aunque viole la Constitución.

De ahí que haya decidido aniquilar al SME, el insumiso sindicato que se oponía a sus planes. Primero lo intentó interviniendo en las elecciones, trató de remplazar la dirigencia que encabeza Martín Esparza. Pero falló el plan del torvo secretario de Trabajo, Javier Lozano. El siguiente golpe fue demoledor y a la vista de todos. Inclusive, ya desapareció del presupuesto federal de 2010 la partida relativa a LFC. La cereza del pastel es la fibra óptica, que se dará en concesión, supuestamente, a Televisa.

Maromas en lo oscurito

El fin de semana pasó a media luz y no por los apagones, que han sido relativamente pocos, sino por las negociaciones en lo oscurito entre funcionarios del gobierno, senadores, diputados, gobernadores, grandes empresarios, con miras a ponerse de acuerdo en los impuestos del año próximo. Sólo han estado ausentes los consumidores, que somos los que vamos a pagar.

Al PRI le toca la decisión. Y todavía anoche no le hallaba la cuadratura al círculo para quedar bien con todos: primero, servirse bien, que haya abundante dinero para ""su"" gente; luego, no ganarse la antipatía de las 400 grandes corporaciones que no pagan impuestos, lo que significa dejarlas que sigan operando sin pagar, además, bloquear el gravamen a las televisoras, y tercero, rechazar el aumento al IVA del 2% para presentarse como defensor del pueblo.

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