Debate sobre PEMEX. Jaloneos.
José A. Ríos Rojo / Rio Doce
Lunes 27 de octubre de 2008
Como bien lo ha dicho uno de los mejores parlamentarios de nuestro país, el senador Pablo Gómez, la disputa por el petróleo se ha dado entre quienes buscan la privatización y quienes reivindicamos el petróleo y su industria como patrimonio exclusivo e irrenunciable de la nación.
El intento privatizador se ha expresado, principalmente, en el intento por entregar la refinación y los ductos a empresas privadas y por entregar también parte del petróleo crudo a compañías extranjeras a través de contratos de riesgo.
La movilización popular, la creación de una fuerte corriente de opinión pública en contra de las privatizaciones, el debate en el Senado y fuera del Congreso, demostraron que la privatización es repudiable y es repudiada.
Los dictámenes que hasta hoy se han aprobado en el Senado de la República incluyen avances importantes, pero todavía no son ley, falta su aprobación por la Cámara de Diputados, los cuales seguramente se revisarán en los próximos días. Los avances más importantes son:
1) Los anteproyectos que han sido aprobados en el Senado indican que la refinación del petróleo crudo, es decir, la producción de gasolinas, seguirán siendo exclusivas de Pemex sin intervención privada.
2) El Congreso ha autorizado la liberación de fondos para la construcción de por lo menos una nueva refinería, aunque el Frente Amplio Progresista (FAP) propuso que deberían ser dos refinerías.
3) En cuanto a los contratos de riesgo que se propusieron para la producción de petróleo crudo, el planteamiento ha sido rechazado por el Senado. Lo que se ha aprobado es el dominio directo de la nación sobre los hidrocarburos. Que no se concederá derecho alguno sobre las reservas petroleras; que se mantendrá en todo momento el control y la dirección de la industria petrolera; que las renumeraciones que en dichos contratos se establezcan serán siempre en efectivo y en ningún caso podrán pactarse, como pago, porcentajes de la producción o del valor de las ventas de los hidrocarburos ni de sus derivados o de las utilidades de Pemex.
4) Tampoco se podrán otorgar derechos de preferencia de ningún tipo para la adquisición del crudo mexicano o sus derivados. Se prohíben los contratos de producción compartida con cualquier país o compañía, mexicana o extranjera. Esto quiere decir que no podría haber, legalmente, contratos de riesgo. La propuesta de Calderón en este aspecto es rechazada.
5) A este respecto, se ha aprobado que la Auditoría Superior de la Federación pueda revisar los contratos y toda la contabilidad de Pemex antes de la presentación de la cuenta pública anual, ante cualquier denuncia que quisiéramos presentar, no solo los legisladores sino cualquier persona, lo cual será posible debido a que, a partir de ahora, serán públicos todos los contratos.
6) En forma paralela, el Congreso ha aprobado ya que las ganancias de Pemex le sean entregadas a Pemex mismo, lo que fue uno de los puntos más importantes de las iniciativas presentadas por el Frente Amplio Progresista.
7) Pemex ya no tendrá la necesidad de contratar todas sus obras con compañías privadas que hasta ahora han financiado las mismas obras llevándose onerosos intereses y condenando a Pemex a reducir su capacidad industrial. Eso es lo que se llamó Pidiregas: no habrá ya Pidiregas. Esto fue aprobado el martes 21 de este mes por ambas cámaras del Congreso.
8) Tampoco habrá filiales fuera de control presupuestal para producir crudo, gasolina y petroquímicos básicos, ni tampoco almacenes y ductos.
9) Es relevante decir que ha sido rechazada también la propuesta de Calderón de que los ductos y los tanques de almacenamiento fueran construidos y operados por compañías privadas.
10) El anteproyecto que existe en el Senado introduce la obligación de Pemex de usar crecientemente componentes de fabricación nacional en sus instalaciones industriales, lo cual es una necesidad para defender el empleo.
11) En ese mismo anteproyecto que está en el Senado se acepta que en México se formule un Plan Nacional de Energía, con una perspectiva de 15 años, revisable cada año, pero como decreto del Congreso y no como decisión exclusiva del Gobierno.
12) También en el anteproyecto se establece que habrá cuatro nuevos miembros del Consejo de Administración de Pemex, propuestos por el Ejecutivo pero con indispensable aprobación del Senado. Sin embargo, el resto de los integrantes de dicho consejo serán los mismos, lo que desafortunadamente mantiene ahí a cinco líderes petroleros del sindicato.
13) Sin embargo, existe un punto de especial importancia que sigue sin resolverse. El movimiento, nuestros especialistas, los grupos parlamentarios y mucha más gente exigen que se prohíba expresamente en la ley que Pemex pueda otorgar contratos para la exploración y producción de crudo en una área determinada a un solo contratista para evitar la concentración de los contratos y por ende de los trabajos contratados. Nada que permita esa concentración está presente en los anteproyectos, pero tampoco está la expresa prohibición. Es decir, esto no está autorizado, por lo que Pemex no debería intentar la entrega de contratos a contratistas acaparadores de zonas donde puede haber petróleo, pero no se ha logrado hasta este momento la prohibición expresa.
14) Hay otro asunto. El único punto de la propuesta de Calderón que se encuentra en el anteproyecto es la emisión de bonos de Pemex cuyos dividendos serían definidos en función del desempeño del propio Pemex, sin definir cómo se mide tal desempeño. El proyecto de los bonos impide que una persona física pueda comprar más del 0.1 por ciento de la emisión, no obstante lo cual, nosotros pensamos que Pemex solo debería emitir títulos de crédito de renta fija, tal como lo hace el Gobierno. Lo único que hemos logrado hasta hoy al respecto es que las casas de bolsa no puedan comprar tales bonos, lo cual es relevante pero no suficiente.
La lucha sigue.
riosrojo@hotmail.com
octubre 28, 2008
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