México: Ámbitos
Laura M. López Murillo (especial para ARGENPRESS.info)
En algún lugar de la conciencia, en las profundidades donde se arraigan los credos, existe un umbral, tenue pero contundente, que restringe la incursión de los dogmas fuera de los límites donde radican las convicciones; por eso, cuando las cuestiones etéreas trascienden el umbral de la conciencia, se rompe aquel principio legendario que aconseja no manipular lo intangible...
En todo discurso se articulan mecanismos de control porque las élites ejercen el poder través de la persuasión; el poder del discurso se manifiesta en la manufactura del consenso. Las élites que tienen acceso al discurso público, que deriva en el control social, suelen ser grupos que han sido legitimados. Pero el discurso de las élites sólo se genera en un contexto escrupulosamente determinado.
Es por eso, que todos los mensajes deben analizarse atendiendo al entorno en el que surgen y al grupo al que se dirigen. Las tendencias perniciosas y las incoherencias sociales se producen cuando un discurso traspasa su contexto para invadir otras esferas; cuando eso sucede, el discurso pierde su capacidad de persuasión y aparecen las imposiciones que polarizan la opinión, o bien, se protagonizan necedades absurdas que desencadenan el rechazo y el escarnio generalizados.
Vgrs: el discurso oficial del calderonismo sólo es válido en el contexto nacional donde se difunde la eficacia del gobierno en el combate al crimen organizado; vanos y ridículos serán los intentos por extender la validez de esta visión al contexto internacional, porque allá Washington, México es percibido como un estado fallido y como un lugar tan peligroso como Pakistán (1).
Bajo esta lógica debe interpretarse la reciente participación de Felipe Calderón en el VI Encuentro Mundial de las Familias realizado en la Ciudad de México, que fue una desafortunada exhibición de la trasgresión de los ámbitos del discurso y del traslape de los contextos -público y privado- en los que se desenvuelve el ciudadano mexicano que desempeña el mandato constitucional de presidente de la república.
En el ámbito privado, como ciudadano, Felipe Calderón tiene el pleno derecho de profesar la religión católica, pero en el ámbito público, la investidura presidencial lo obliga a respetar y hacer respetar las leyes de un estado laico, y a garantizar la imparcialidad y la autonomía de las instituciones.
En el ámbito religioso, los jerarcas católicos pueden pregonar que el divorcio es la causa de todos los males, están en todo su derecho de satanizar la homosexualidad y compadecer a las familias que no coincidan con el modelo tradicional. Pero una visión obtusa de la realidad no debe abandonar el territorio de los dogmas religiosos para infiltrarse en el ámbito de las políticas públicas.
Por fortuna, en el ámbito académico, en el Colegio de México se realizó el Seminario “Familias en el siglo XXI: realidades diversas y políticas públicas”, donde investigadores y catedráticos, representantes de la sociedad civil, de organismos públicos e internacionales reflexionaron en un contexto plural, tolerante y respetuoso en torno a la situación y transformaciones de las familias en México, y llegaron a la conclusión de que el Estado debe garantizar políticas públicas acordes con las necesidades y la realidad social.
Y en el ámbito jurídico, el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) Genaro Góngora Pimentel, precisó que el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos compromete a México a garantizar a todos los ciudadanos la igualdad en el goce de las garantías previstas en el marco legal; y añadió, que este pacto prevé el reconocimiento de las diversas formas que adopte una familia.
Lo preocupante surge en el ámbito religioso por la intención expresa de la jerarquía católica de incrementar su participación en la vida pública nacional. Esta intención ya se ha concretado en las manifestaciones de católicos radicales que militan en grupos ligados a la jerarquía eclesiástica. A diferencia de los cristeros que confrontaron al Estado laico, las estrategias de las actuales huestes religiosas son la movilización, el cabildeo y el reclutamiento de jóvenes en colegios privados.
En febrero de 2008, los entonces funcionarios del IFE constataron irregularidades durante la celebración la asamblea estatal de la Unión Nacional Sinarquista como parte del proceso para obtener el registro como partido político nacional (2).
Salvador Frausto Crotte afirma que la derecha radical ha emprendido una “cruzada para combatir legislaciones y políticas públicas de corte progresista. Están en contra del aborto, de las uniones gay, de la eutanasia, del divorcio exprés, de que las mujeres usen anticonceptivos, del condón, de la píldora del día siguiente. Están a favor de la educación religiosa en escuelas públicas. A finales de 2007 lograron que en los congresos de Sonora y de Baja California se aprobaran leyes antiaborto, y están cabildeando para que en Morelos, Veracruz y Guanajuato prosperen iniciativas similares” (3).
En estas circunstancias, la invasión del discurso religioso en el ámbito nacional, no sólo genera inconsistencias en las políticas públicas, sino que puede resucitar enconos ancestrales que ya desgarraron el tejido social. La polarización por motivos religiosos conduce a fundamentalismos y fanatismos, que en nada contribuyen a la concordia y a la paz social, porque… cuando las cuestiones etéreas trascienden el umbral de la conciencia, se rompe aquel principio legendario que aconseja no manipular lo intangible…
Notas:
1) ”Hay percepción negativa en EU. Enrique Krauze”. Nota publicada el sábado 10 de enero de 2009 en El Universal.
2) “Constató IFE anomalías en asambleas de Unión Nacional Sinarquista”. Nota publicada el miércoles 27 de febrero del 2008 en El Financiero.
3) ”Nueva derecha radical asume rol más público”. Nota de Salvador Frausto Crotte publicada el lunes 12 de enero de 2009 en El Universal.
Laura M. López Murillo es columnista local. Lic. en Contaduría por la UNAM. Con Maestría en Estudios Humanísticos Especializada en Literatura en el Itesm.
enero 20, 2009
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