noviembre 27, 2009

Estrategias y tácticas en la OMC

Umberto Mazzei (especial para ARGENPRESS.info) (Parte I y II)

La OMC es un ámbito multilateral muy importante, porque allí se quiere negociar el futuro. El objetivo inconfeso de crear la OMCs fue el de perpetuar en acuerdos internacionales el patrón de desequilibrio comercial en la economía internacional. La estratagema fue convocar a un foro donde negociar una modificación equitativa. La táctica es la de desgastar las resistencias con una aparente inmovilidad repetitiva. Por eso, la Ronda Doha, apodada del Desarrollo, que debía eliminar los subsidios agrícolas - que aumentaron - ahora sólo trata apertura de mercado y la palabra desarrollo brilla por su ausencia.

La ironía de la negociación es que todos los países proclaman buscar una mayor apertura de mercados, mientras todos piden “flexibilidades” para mantenerlos cerrados.
Los países desarrollados, los más beneficiados por el actual desequilibrio, no ceden en nada tangible pero piden más mercados para sus productos industriales (NAMA) y para sus exportaciones agrícolas subsidiadas. Ese proceso de pedir sin dar, crea una escalada de artimañas de un nivel técnico inmanejable para países que no tengan el respaldo de un equipo especializado. El desgaste de la resistencia es visible; temas tajantemente rechazados por los países en desarrollo, ahora están en los textos de negociación. La retórica del win-win “todos ganadores” se esfumó. Predomina la clásica ambición de ganar más, a expensas de otros.
Los objetivos de la negociación
Hay mucha retórica, pero el objetivo original y oculto de la negociación
es abrir mercados a la producción y el mercadeo internacional de carteles transnacionales. Los carteles son apátridas, pero controlan notoriamente a gobiernos de países desarrollados, que hablan por ellos; quien lo dude, que mire el manejo de la crisis financiera. Ese control cartelista encuentra resistencia política en algunos países en desarrollo que tienen industrias propias y mucha población que vive de la agricultura. Tales son los casos, por ejemplo y con matices propios, de Argentina, Brasil, China, India, Sur África.
La Agricultura es esencial para la soberanía política; como saben quienes padecieron o padecen – como Gaza y Cuba- hambre y privaciones a causa de bloqueos, que son actos de guerra y genocidio. Por eso el eje de la negociación son los bienes agrícolas. En el comercio agrícola hay una deslealtad evidente y el principal problema es la distorsión de precios causada por los subsidios a la agricultura, que van más al intermediario que al productor.
Por razones geográficas y por la abundante mano de obra, los países tropicales y subtropicales debieran ser los grandes exportadores de productos agrícolas. Europa y Estados Unidos no son eficientes en la producción agrícola, pero la subsidian y la protegen con altos aranceles. Hasta allí hay una lógica de soberanía alimentaria. Lo irracional es que Europa y Estados Unidos, gracias a los subsidios, sean los principales exportadores agrícolas, con precios inferiores al costo en países en desarrollo, que arruinan a los productores y a las economías.
Algunos países, como Argentina, Australia, Brasil, Nueva Zelanda, son muy eficientes y aún compiten, pero con menores ganancias; porque los subsidios bajan los precios internacionales. Eso torna los subsidios agrícolas en una instrumento para impedir la creación de capital en los países agricultores. Todo ello vendido como libre competencia, juego nivelado y demás términos del sermón neoliberal.
Divide et impera
El principio del “Divide et Impera” (Divide y Vence) es romano, pero lo practican bien los anglosajones y otros colonizadores. El mapa de África muestra antiguas comunidades nacionales separadas por líneas artificiales que es obligatorio respetar. La América Española se fragmentó aupando caudillos regionales. Ingleses y brasileños lograron dividir la República Rioplatense en Argentina, Uruguay(1) y Paraguay. Estados Unidos e Inglaterra fomentaron el separatismo en la Gran Colombia e intervinieron para atomizar el Istmo Centroamericano.
Los países en desarrollo tienen en la OMC una mayoría aplastante y por eso se busca dividirlos. La primera división ocurrió fuera de la OMC, cuando los carteles transnacionales lograron todo cuanto pudieran ambicionar con acuerdos de libre comercio (TLCs) que Estados Unidos y Europa firmaron con países donde controlan a la clase dirigente. La negociación en la OMC se limita, pues, a los países en desarrollo que aquellas no controlan.
En la OMC, un instrumento eficaz para dividir es el “Trato Especial y Diferenciado”, que es algo como “comprar a plazos”. En base a ese principio hay divisiones arbitrarias como “países menos adelantados (PMAs)” y “pequeñas economías” a quienes se exime – por ahora- de concesiones y por lo tanto de interés en la negociación. Cuando vemos que los PMAs son ex-colonias aun dependientes y lo de pequeñas economías fue promovido (Guatemala a la cabeza) por países que firmaron TLCs con Estados Unidos, sabemos quien está detrás.
Hay divisiones surgidas del proceso de negociación. Hay cinco relacionados sólo con comercio agrícola: Grupo Cairns, G-20, G-33 , G-10 y ACP(2). El Grupo Cairns -países de agricultura muy eficiente-(3) pide eliminación de subsidios y apertura. El G-20 pide lo mismo, pero con reservas. El G-33, son 45 países en desarrollo que defienden (productos especiales y salvaguardias) sectores de subsistencia vulnerables, pero sólo 8 siguen activos, porque a 37 les dieron el opio de pequeñas economías. El G-10 es de algunos países industrializados que defienden (productos sensibles) sus sectores agrícolas estratégicos. Los ACP defienden sus preferencias agrícolas europeas de la erosión que causaría la apertura comercial a terceros.
En productos industriales sólo el grupo NAMA 11 defiende el derecho a proteger su industria nacional. De los 11, sólo siguen muy activos Argentina y Sur África. Brasil ya cede.
América Latina en la OMC.
Latinoamérica no existe como fuerza en el plano de la OMC. En las negociaciones sobre agricultura no hay GRULAC, ni Pacto Andino, ni MERCOSUR, lo que contrasta con el perfil del Grupo Africano o del Grupo ACP. El cuadro es caótico y algunos países latinoamericanos son miembros de grupos contradictorios. Veamos la coherencia:

- Grupo Cairns: Colombia y Costa Rica pertenecen sólo a ese grupo .

- G-20: Ecuador pertenece sólo a ese grupo.

- G-33 : Honduras y Nicaragua pertenecen sólo a ese grupo.

- Grupo Cairns y G-20: los países del MERCOSUR y Chile figuran en ambos.

- G-20 y G-33: Venezuela y Cuba figuran en ambos.

- Grupo Cairns, G-20 y G-33: Bolivia y Guatemala figuran en los tres.

- Pequeñas Economías: Allí figura toda Centroamérica menos Costa Rica, todo el Caribe, Ecuador, Paraguay, Bolivia, y … ¡Venezuela que pide ese trato en NAMA!
Es obvia la ausencia de una política negociadora cuando, como Guatemala, se pertenece a todos los grupos de países en desarrollo a pesar de las contradicciones. El único beneficio señalable es el de recoger mucha información.
Hay estructuras latinoamericanas que pudieran ser más útiles. Es el caso de ALADI, que en la OMC se beneficia de la “cláusula de habilitación”(4). El GRULAC, es variopinto en políticas, pero hay foros en que tiene posición propia. En la Comisión del Codex Alimentario, como Comité Codex de América Latina y Caribe, neutralizó iniciativas europeas que pedían estándares sanitarios adversos a las exportaciones agropecuarias latinoamericanas.
Un grupo latinoamericano que comienza a demostrar una coordinación eficaz es el ALBA(5). Hace unos días se impuso con una cláusula que reafirma la necesidad del consenso(6) para adoptar decisiones, porque una propuesta de la India, sobre reforma y transparencia de la OMC, trataba la expresión de la voluntad multilateral con ambigüedad peligrosa. En Estados Unidos ya hay críticas editoriales sobre la necesidad del consenso en OMC …
Razones para rechazar los textos propuestos
La OMC se ha enfocado a reducir aranceles, abrir servicios y proteger propiedad intelectual, en lugar de disminuir distorsiones económicas. Esa prioridad tiende a mantener la distorsión existente y empeorarla. La crisis financiera evidencia los peligros de la rápida apertura y desregulación, cuando que afecta más gravemente a los países con los mercados financieros más globalizados. La crisis también evidencia la vulnerabilidad de los países dependientes del mercado mundial para satisfacer necesidades básicas, como la alimentación.
Los líderes del G20 reunidos en Washington, Londres y Pittsburg, como sumidos en una bruma irreal, repiten el mantra de que hay que concluir la Ronda Doha para el 2010. Hay políticas claras de sus propios países que apuntan en dirección contraria. La decisión en Argentina, China e India de frenar las exportaciones agrícolas para abaratar la alimentación nacional. La falta de flexibilidad en la posición negociadora de Estados Unidos y la urgente prioridad de su agenda interna. Las medidas para estimular las industrias nacionales y mantener el empleo que proliferan.
Todo esos signos no son obra del azar. No parece que el Director de la OMC, Pascal Lamy, lo perciba, pero muchos gobiernos piensan que una crisis general, de duración incierta, no es el mejor momento para renunciar a instrumentos básicos de política económica. Los más recalcitrantes han sido los grandes actores de la negociación. Es absurdo buscar un acuerdo multilateral estático, durante una dinámica mundial que sugiere grandes cambios. Los países en desarrollo que controlan sus políticas nacionales, tienen en el desarrollo interno y regional una opción de crecimiento válida, mientras se perfila el cambio geopolítico que hará del comercio internacional un intercambio más equitativo, pagado con dinero más sólido.
1) El caso de Uruguay (Banda Oriental) es curioso: no se declaró independiente de España sino de Brasil, que lo invadió en 1816 cuando era gobernado por el príncipe heredero de Portugal.
2) Países de África, Caribe y Pacífico que fueron antiguas colonias europeas. Incluye Cuba y Dominicana.
3) Argentina, Australia, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Filipinas, Guatemala, Indonesia, Malasia, México, Nueva Zelanda, Tailandia, en total 16. Pakistán adhirió hace poco.
4) Decisión del GATT del 28/11/1979 (doc. GATT L/4903), que exime de dar compensación por las preferencias arancelarias que se otorguen entre sí los países en desarrollo.
5) ALBA está integrada por Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Cuba, Dominica, San Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbuda y Honduras.
6)Quiere decir que no hay oposición. Es una regla fundamental parra el respeto de la voluntad soberana por encima de coaliciones. La oposición debe ser formal porque en la OMC el silencio es aprobación. El consenso implica que un solo voto en contra impede la aprobación.


Estrategias y tácticas en OMC (II)

Umberto Mazzei (especial para ARGENPRESS.info)

La negociación en OMC tiene otros dos temas importantes, además de los bienes agrícolas e industriales. Se trata del Comercio de Servicios y de la protección de Propiedad Intelectual. En el primero se trata de liberar la circulación de los servicios y en el segundo se trata de impedir la circulación de los conocimientos. El primero mira a privatizar los monopolios de servicios públicos y el segundo busca ampliar monopolios privados de la ciencia.

Los servicios

La apertura al comercio de servicios puede ser riesgosa. Quien lo dude, que mire el resultado de la apertura financiera a los falsos “productos” de Wall Street. En la economía clásica, los servicios son casi ignorados. Ahora se les da tal importancia, que se les considera actores de una supuesta “economía post industrial”. Una visión aplicable a Estados Unidos y un Singapur, pero no al modelo Chino o de la Unión Europea. La mayor apertura en servicios se da en los TLCs (Tratados de Libre Comercio), pero también se negocia en la OMC.

Las barreras al comercio de servicios no son aranceles, son normas y reglamentos de alguna legislación: nacional, regional, municipal o gremial. Las medidas que restringen el comercio de servicios son clasificadas en el Articulo XXVIII del Acuerdo General sobre Comercio de Servicios (AGCS/GATS) de la OMC, que se refleja luego en los TLCs, la Decisión 439 de la Comunidad Andina o el Protocolo de Montevideo de ALADI.

La definición de los servicios ya es complicada. The Economist los definió como “aquello que se puede vender y que no puede caer sobre su pié”. Los servicios son intangibles, invisibles e instantáneos (no hay acumulación). También hay que diferenciar entre el bien tangible y la prestación del servicio, como diferenciar el teléfono de la llamada.

Algunos definen los servicios por su efecto , lo fundamental, sería "el cambio en la condición de la persona o el bien afectado". Sin embargo, hay servicios para prevenir cambios - como la seguridad - o para cambios indeseables - como los seguros. Hay quienes, empíricamente, los definen como toda actividad económica fuera de la agricultura o la industria; los servicios serían un sector terciario, que apoya a los otros con educación, comunicaciones, distribución, transferencias, suministros, transporte y un largo etcétera. Los servicios se reparten en áreas de servicios y creo que la división más básica es la de servicios públicos y servicios privados. No es que sea clara, porque hay zonas grises en distribución pública, pero considero como públicos a los servicios de infraestructura que atienden a una comunidad física.

Importancia estratégica de los servicios públicos

Curzio Malaparte, en “La técnica del Golpe de Estado”, revela la importancia estratégica de los servicios públicos, cuando recomienda ocupar primero los centros distribuidores de electricidad, agua, transporte, combustible y telecomunicaciones. Centros que también persiguen los bombarderos. Por eso, es peligroso para la seguridad nacional dejar servicios públicos en manos de empresas extranjeras. Un ejemplo son Estados Unidos, que impidieron a una empresa de Dubai licitar para manejar la terminal de un puerto o a una petrolera china la compra de una petrolera norteamericana y que prohíbe el cabotaje marítimo extranjero.

Los servicios públicos son de máxima importancia, porque encausan al país. Una desigualdad en cobertura y calidad aumenta el desajuste entre tejido social y desarrollo económico, eso incrementa la inseguridad pública. También inciden tanto en la calidad del desarrollo intelectual y técnico como en la producción y circulación de bienes y servicios privados.

Es muy comentada la ineficacia del los servicios administrados por el sector público de países en desarrollo y también en alguno desarrollado. Es cierto que hay mucha ineficiencia y corrupción en servicios esenciales como salud, sanidad, electricidad, ambientales, agua, educación, pero eso no lo resuelve su privatización. Quien lo dude, que mire el caso Enron.

En el servicio público, cobertura y calidad son la medida del éxito. Eso implica atender todos los lugares poblados, aunque no sean rentables; algo poco atractivo para una empresa privada. La calidad se mejora con una buena supervisión pública, en que las comunidades atendidas participen y puedan señalar las fallas. Hay ejemplos exitosos en Europa y algunos en América Latina . Los servicios públicos suelen ser monopolios y eso atrae a las empresas privadas, para fijar los precios de mayor ganancia; precios que no son accesibles para los pobres.

Los servicios privados en OMC

El comercio de servicios ha sido clasificado en cuatro modos de prestación. Modo 1, llamado Comercio Trans-fronterizo, por ejemplo, acceso a Internet. Modo 2, llamado Consumo en el Extranjero, como el turismo. Modo 3, Presencia Comercial que autoriza la presencia de personas jurídicas, como bancos, etc.. Modo 4, Presencia de Personas Naturales, que es la presencia temporal de personas para una prestación, como consultorías, construcción, etc.

Los dos primeros modos de prestación se mencionan poco en la negociación. La polémica gira entorno a las dos presencias. Los países desarrollados – agentes de las transnacionales - piden Presencia Comercial en todo, en especial en servicios públicos y para compras de los gobiernos. Los países en desarrollo – abundantes en mano de obra - piden acceso temporal a Presencia de Personas Naturales.

Por ahora, la negociación en la OMC se circunscribe a cuanto interesa a las grandes empresas transnacionales. Estas, no quieren contratar servicios de apoyo con empresas o profesionales “nativos”, quieren apertura para su sequito; que son las empresas que apoyan a la casa matriz en contabilidad, publicidad, distribución, apoyo legal, etc. La transnacional, en Bogotá o en Lima, quiere seguir con la Arthur Andersen que da fe pública a sus cuentas en Nueva York, más aún (caso Enron et al.) cuando practica una contabilidad creativa.

El interés de los países en desarrollo en abrir la presencia temporal de personas físicas en la OMC sólo se propone, pero que aún no se discute.

El punto de la negociación

En estos días, el debate sobre servicios se centra sobre la reglamentación nacional. Desde hace un par de semanas un grupo de países que incluyen Australia, Chile, India y Nueva Zelandia quieren conversar primero sobre normas nacionales antes de negociar el acceso al mercado. Los países ricos, sobre todo los proveedores de servicios financieros, no muestran interés. Lo de siempre, quieren apertura ajena sin alterar nada que les concierna. Ron Kirk, Representante Comercial de EE.UU., dijo, hablando de la Ronda Doha "… no habrá acuerdo sin un buen resultado en los servicios que abra nuevas oportunidades de mercado”. Asumimos que se refiere a un mercado también para los bancos de los “derivatives” fraudulentos.

El punto es que, desde la explosión de la crisis financiera, muchos países - desarrollados y en desarrollo – son concientes de la necesidad de regulaciones nacionales y ponen más atención a los temas tratados por el Comité sobre Comercio de Servicios Financieros. Allí se discuten propuestas para mejorar el marco normativo en todos los países.

Hay tres propuestas sobre servicios financieros.

a) La de Estados Unidos, para mayor intercambio de información sobre seguros de vida.

b) La de Pakistán, sobre un reglamento para la banca y el comercio electrónicos, por los problemas para manejar el aumento del tráfico.

c) La de Argentina, Ecuador, India y Sudáfrica sobre reglas para controlar servicios financieros.

No hay consenso sobre ninguna.

En el Consejo de Servicios se propuso, entonces, un estudio en dos etapas. La primera, sería una lista de las disposiciones del AGCS sobre servicios financieros y una bibliografía de las publicaciones sobre el tema, que se presentaría en una sesión especial. Hasta allí no hay oposición. La segunda fase, por insinuación de Argentina y Ecuador, contendría un análisis de los estímulos que han afectado el comercio de servicios financieros. Sus conclusiones serían “no imputables", esto es, sin acusar a países por las medidas tomadas. Estados Unidos no lo acepta, como si los grotescos “apoyos” a sus bancos fuesen un secreto y no algo reportado y comentado por toda la prensa mundial.

Propiedad Intelectual
El tema que más se trabaja es la protección de los vinos y bebidas espirituosas, con un sistema multilateral de notificación y registro de indicaciones geográficas . El propósito es segmentar los mercados para obtener monopolios artificiales. La discusión gira sobre cuando notificar, como notificar y como registrar. Hay tres posiciones que giran desde la Ministerial de Hong Kong. Una hibrida, de Hong Kong (anfitrión). Una amplia y estricta de los europeos, que además de vinos quiere abarcar agroalimentarios. Una “propuesta conjunta”, que se atiene al mandato de Hong Kong, de otros países que también producen vino y alcohol: Australia, Argentina, Chile, USA, etc. (Salud!)

Recomendaciones
En la OMC se atan políticas económicas con acuerdos sobre el comercio, pero hay vínculos también en otras entidades multilaterales. En Propiedad Intelectual, por ejemplo, las ideas se avanzan primero en la OMPI. Esos vínculos pueden aprovecharse para mejorar el equilibrio entre lo económico, lo laboral y lo social. Es bueno defender los intereses nacionales en la OMC y mejor aún si también en las otras entidades asediadas por la ambición apátrida.

Una muy importante es la Organización Internacional de Trabajo (OIT/ILO), organización dividida en tres ramas: oficial, patronal y sindical. La rama sindical quiere armonizar las leyes laborales, para evitar que las empresas transnacionales muden puestos de trabajo a países con leyes débiles y complacientes. En eso coinciden con los gobiernos que desean políticas, democráticas y normales, de mayor empleo y en buenas condiciones laborales.
Otra es la Organización Mundial de la Salud (OMS/WHO) para evitar la complicidad con las farmacéuticas. Es notoria la histeria de la OMS con la “Gripe Porcina” (H1-N1), que declaró pandemia mundial con pocas muertes (141) relativas y unas diagnosis dudosas, mientras que necesitó millones de muertos para declarar pandemia al SIDA. Claro que, con el SIDA, los gobiernos africanos no estaban comprando por adelantado vacunas aún por probar.

Un ejemplo exitoso a seguir, es la presidencia de la asamblea general de la ONU por Miguel Escoto. Su presencia allí fue determinante para organizar un equipo con expertos serios que estudiase las causas de la crisis financiera. Las recomendaciones del equipo son un contrapeso eficaz a la frivolidad emanada del G-20, cuya solución es más de lo mismo. Un G-20 que usurpa una autoridad sobre la OMC que nadie le ha dado, imponiendo informes y decisiones que el Director General, Pascal Lamy, obedece alegremente.

Obedece M. Lamy, porque el G-20 le manda lo que él pide. Ningún miembro ha reclamado. Será bueno que los representantes de algunos países le recuerden a M. Lamy, que la voluntad de la OMC es sólo la de sus 153 miembros y que hay voluntad sólo cuando hay consenso.

La Ministerial de la OMC arranca en Ginebra el 30 de noviembre. Deseamos, no suerte, sino firmeza.

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