Por: Francisco Rodríguez
EL PRETEXTO ES el “regalo” de uniformes escolares. Y a cambio de ellos –me cuenta don Emilio Treviño, colaborador de este espacio–, el gobierno panista de Sonora lleva a cabo un hitleriano procedimiento de “fichar” a medio millón de infantes, registrando sus huellas dactilares, como maniobra perversa de criminalizar desde ahora a los pequeños del lugar, dizque por “futuros delitos que se lleguen a cometer”.
Tan aberrante procedimiento criminal (fichar niños) que en cualquier sociedad medianamente pensante ya habría provocado un escándalo que pudiese costarle la gubernatura al monigote éste Guillermo Padrés, en nuestro país ocurre con la mayor normalidad. Claro, no olvidemos que en Sonora pueden morir 49 niños quemados o asfixiados y los poderosos se protegen entre ellos.
El diario Reforma de este 27 de julio anunciaba el atroz procedimiento en una nota (“Ficha Sonora a estudiantes”) de Haydeé Ramírez. Dice la nota: “Los niños que hoy son estudiantes de escuelas públicas en Sonora, tendrán que pensarlo dos veces si en el futuro desean delinquir. El gobernador Guillermo Padrés Elías anunció ayer que a cada menor que recibe el uniforme escolar gratuito que ofreció en campaña, le están tomando fotos y sus huellas dactilares, para integrar una amplia base de datos que usarán contra posibles delitos que se cometan en el futuro. ‘Significa, para nosotros, también tener una base de datos muy amplia de las huellas dactilares de estos niños, para poder reforzar ahorita y hacia el futuro, nuestra base de datos para cualquier investigación, para cualquier delito que se cometa en los años entrantes´, enfatizó Padrés Elías”.
Supone don Emilio Treviño –y este escribidor con él– que tan aberrante estupidez de fichar a niños no la alcanzan a dimensionar los aturdidos padres de los criminalizables infantes, en lo que a todas luces constituye una inadmisible agresión.
El perverso panista Guillermo Padrés se anotó un triunfo estratégico que bien puede ser imitable por otros criminales gobernantes (ignoro si tan despreciable técnica la aplica el gobierno del DF, pero es posible). Medio millón de infantes constituyen el 0.5% de los mexicanos; no está mal que de golpe y plumazo y con el atractivo de limosnear con uniformes gratis, el delincuencial Estado mexicano se haga de información confidencial, personal, para garantizar la represión y criminalización de los mexicanos, además de acostumbrarlos a obedecer todo procedimiento ignominioso, ilegal y delictivo. Porque ya sabemos que por definición (Bakunin, Kropotkin), todo estado en mayor o menor medida, es criminal, y mucho más lo es el Estado mexicano.
Fichar de golpe y porrazo a medio millón de personas y almacenar esa información en una estratégica base de datos, quedará para los anales de un éxito cuando de recopilar información vital se trate. Ni en los regímenes más autoritarios, policiacos o dictatoriales lo hubieran podido lograr con la facilidad como lo está logrando este criminal gobernador, mientras la gente sigue chupándose el dedo. Y tan cínico es que abiertamente declara que el fichaje tiene el objetivo de lograr la vigilancia a futuro de potenciales criminales ahora niños.
Lo más lamentable es la inconciencia de los mexicanos que no alcanzan a comprender los alcances y la aberración de una medida como ésta: apoderarse de información biométrica personal para darle un uso criminal. (No sabemos incluso donde irá a parar esa base de datos; el mismo gobernador podrá guardar una copia cuando concluya, a fin de efectuar negocio$$ personales en el futuro, vendiendo esos datos a vaya uno a saber quién).
Porque además deberíamos tener en cuenta que de la información biométrica del individuo (voz, iris ocular, DNA, huellas dactilares, etc.), las huellas digitales pueden ser fácilmente reproducibles y sembradas en el sitio de un evento criminal, para así inculpar a cualquiera. De esa manera, el Estado mexicano, al contar con la base de datos de huellas digitales, puede culpar a quien le plazca, con el sencillo expediente de saturar, por ejemplo, un arma homicida con la reproducción de nuestras huellas dactilares (luego de que cándidamente, como corderos pascuales, se las proporcionamos). Después de “plantar” las huellas digitales de cualquier enemigo del Estado (¡ojo!, no de un criminal, sino de aquel a quien el Estado considere enemigo), operarán las técnicas forenses para hallar nuestras huellas en el lugar del crimen.
Hace poco tiempo, el Estado pretendió fichar a los mexicanos con celular, pero se le cebó la idiota pretensión del Renaut. Ahora, en Sonora, el criminal gobernador ya mostró cuál es el camino, ante la dejadez cretina de los mexicanos que nada hacemos ante tan infame crimen. Lo que procedería sería la negativa de los padres para que el Estado fiche a sus hijos, y la destrucción inmediata de la criminal base de datos por atentar contra el derecho y la libertad.
La discusión filosófica sobre los límites del Estado y la irrenunciable libertad del individuo debería bastar para detener tan infame ocurrencia –nos recuerda el corresponsal de este Índice–, y aun con el simple sentido común a todo padre debería hervirle la sangre de indignación ante el maltrato y la agresión de la autoridad a lo que se supone es lo más sagrado para un padre, el hijo. Pero el primitivismo de la sociedad mexicana es deplorable, pues no faltará quien se extrañe de que tal aberración del fichaje infantil despierte indignación.
Por desgracia, lo más seguro es que la aberración en Sonora empiece a ser imitable por otros antropoides gobernantes en otros estados.
Índice Flamígero: Otra del orangután que “gobierna” Sonora: dice que a causa de los paisanos que lleguen a su entidad expulsados desde Arizona, se incrementará la inseguridad en su entidad. También los criminaliza.
EL PRETEXTO ES el “regalo” de uniformes escolares. Y a cambio de ellos –me cuenta don Emilio Treviño, colaborador de este espacio–, el gobierno panista de Sonora lleva a cabo un hitleriano procedimiento de “fichar” a medio millón de infantes, registrando sus huellas dactilares, como maniobra perversa de criminalizar desde ahora a los pequeños del lugar, dizque por “futuros delitos que se lleguen a cometer”.
Tan aberrante procedimiento criminal (fichar niños) que en cualquier sociedad medianamente pensante ya habría provocado un escándalo que pudiese costarle la gubernatura al monigote éste Guillermo Padrés, en nuestro país ocurre con la mayor normalidad. Claro, no olvidemos que en Sonora pueden morir 49 niños quemados o asfixiados y los poderosos se protegen entre ellos.
El diario Reforma de este 27 de julio anunciaba el atroz procedimiento en una nota (“Ficha Sonora a estudiantes”) de Haydeé Ramírez. Dice la nota: “Los niños que hoy son estudiantes de escuelas públicas en Sonora, tendrán que pensarlo dos veces si en el futuro desean delinquir. El gobernador Guillermo Padrés Elías anunció ayer que a cada menor que recibe el uniforme escolar gratuito que ofreció en campaña, le están tomando fotos y sus huellas dactilares, para integrar una amplia base de datos que usarán contra posibles delitos que se cometan en el futuro. ‘Significa, para nosotros, también tener una base de datos muy amplia de las huellas dactilares de estos niños, para poder reforzar ahorita y hacia el futuro, nuestra base de datos para cualquier investigación, para cualquier delito que se cometa en los años entrantes´, enfatizó Padrés Elías”.
Supone don Emilio Treviño –y este escribidor con él– que tan aberrante estupidez de fichar a niños no la alcanzan a dimensionar los aturdidos padres de los criminalizables infantes, en lo que a todas luces constituye una inadmisible agresión.
El perverso panista Guillermo Padrés se anotó un triunfo estratégico que bien puede ser imitable por otros criminales gobernantes (ignoro si tan despreciable técnica la aplica el gobierno del DF, pero es posible). Medio millón de infantes constituyen el 0.5% de los mexicanos; no está mal que de golpe y plumazo y con el atractivo de limosnear con uniformes gratis, el delincuencial Estado mexicano se haga de información confidencial, personal, para garantizar la represión y criminalización de los mexicanos, además de acostumbrarlos a obedecer todo procedimiento ignominioso, ilegal y delictivo. Porque ya sabemos que por definición (Bakunin, Kropotkin), todo estado en mayor o menor medida, es criminal, y mucho más lo es el Estado mexicano.
Fichar de golpe y porrazo a medio millón de personas y almacenar esa información en una estratégica base de datos, quedará para los anales de un éxito cuando de recopilar información vital se trate. Ni en los regímenes más autoritarios, policiacos o dictatoriales lo hubieran podido lograr con la facilidad como lo está logrando este criminal gobernador, mientras la gente sigue chupándose el dedo. Y tan cínico es que abiertamente declara que el fichaje tiene el objetivo de lograr la vigilancia a futuro de potenciales criminales ahora niños.
Lo más lamentable es la inconciencia de los mexicanos que no alcanzan a comprender los alcances y la aberración de una medida como ésta: apoderarse de información biométrica personal para darle un uso criminal. (No sabemos incluso donde irá a parar esa base de datos; el mismo gobernador podrá guardar una copia cuando concluya, a fin de efectuar negocio$$ personales en el futuro, vendiendo esos datos a vaya uno a saber quién).
Porque además deberíamos tener en cuenta que de la información biométrica del individuo (voz, iris ocular, DNA, huellas dactilares, etc.), las huellas digitales pueden ser fácilmente reproducibles y sembradas en el sitio de un evento criminal, para así inculpar a cualquiera. De esa manera, el Estado mexicano, al contar con la base de datos de huellas digitales, puede culpar a quien le plazca, con el sencillo expediente de saturar, por ejemplo, un arma homicida con la reproducción de nuestras huellas dactilares (luego de que cándidamente, como corderos pascuales, se las proporcionamos). Después de “plantar” las huellas digitales de cualquier enemigo del Estado (¡ojo!, no de un criminal, sino de aquel a quien el Estado considere enemigo), operarán las técnicas forenses para hallar nuestras huellas en el lugar del crimen.
Hace poco tiempo, el Estado pretendió fichar a los mexicanos con celular, pero se le cebó la idiota pretensión del Renaut. Ahora, en Sonora, el criminal gobernador ya mostró cuál es el camino, ante la dejadez cretina de los mexicanos que nada hacemos ante tan infame crimen. Lo que procedería sería la negativa de los padres para que el Estado fiche a sus hijos, y la destrucción inmediata de la criminal base de datos por atentar contra el derecho y la libertad.
La discusión filosófica sobre los límites del Estado y la irrenunciable libertad del individuo debería bastar para detener tan infame ocurrencia –nos recuerda el corresponsal de este Índice–, y aun con el simple sentido común a todo padre debería hervirle la sangre de indignación ante el maltrato y la agresión de la autoridad a lo que se supone es lo más sagrado para un padre, el hijo. Pero el primitivismo de la sociedad mexicana es deplorable, pues no faltará quien se extrañe de que tal aberración del fichaje infantil despierte indignación.
Por desgracia, lo más seguro es que la aberración en Sonora empiece a ser imitable por otros antropoides gobernantes en otros estados.
Índice Flamígero: Otra del orangután que “gobierna” Sonora: dice que a causa de los paisanos que lleguen a su entidad expulsados desde Arizona, se incrementará la inseguridad en su entidad. También los criminaliza.
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