Eduardo Ibarra Aguirre (FORUM)
El presidente del Consejo del Grupo Editorial Noreste y socio minoritario, que publica El Noreste, diario con ediciones en Culiacán y Mazatlán, Sinaloa, Manuel de Jesús Clouthier Carrillo no tiene empacho en colocar en negro sobre blanco, por medio del excelente reportero Álvaro Delgado, su juicio sobre cómo se materializa en su estado natal la Guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado, misma que ya costó al país 17 mil 42 vidas, de acuerdo a datos oficiales, mas existen estimaciones que las cuantifican en 22 mil.
“¡Pero resulta que en Sinaloa no lo han tocado ni con el pétalo de una rosa! Y la pregunta es ¿por qué?”, denuncia e interroga el diputado federal panista, quien desde 1994 no reactiva su militancia blanquiazul.
Y responde sobre la existencia de “varias posibilidades” pero se ocupa de “una, que Sinaloa sea intocable, efectivamente, en materia de crimen organizado; y esto significaría entonces que hay otro tipo de arreglos en esa lógica, porque no creo, me resisto a creer, que el Estado no tenga la fuerza para combatir y ganar la batalla contra el crimen organizado. Eso sería tanto como decir que no sólo en Sinaloa habremos cruzado el punto de no retorno, sino que el país ya también se chingó” (Proceso, 14-II-10).
Clouthier Carrillo no deja resquicio para la duda. A la puntual pregunta “--¿Es una estrategia deliberada?”, la respuesta es apabullante: “--¡Claro! ¿Qué puede ser? Primero que Sinaloa es intocable”, y a renglón seguido describe a la narcopolítica sinaloense, a “la camarilla mafiosa en el poder” que está “aliada con el crimen organizado” y que “nos está convirtiendo en el excusado del país, y vamos a perder generaciones enteras”. Presenta como emblemática y sospechosa la compra, a cargo del Fondo Nacional de Fomento al Turismo, de las 2 mil hectáreas --a mil 203 millones de pesos-- al exgobernador Antonio Toledo Corro. Con preguntas enjuicia el negocio realizado por el gobierno de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa: “¿qué tipo de arreglos hay ahí, qué cosas extrañas están sucediendo”.
El hijo de Manuel de Jesús Clouthier del Rincón puso el dedo en una más que purulenta herida, provocada en los últimos nueve años, dos meses y 17 días, en los que “No ha habido, en los gobiernos panistas, un combate férreo a la corrupción, una corrupción que le da sustento al crimen organizado. Otra vez: no hay crimen organizado sin apoyo institucional”.
Mientras tanto, Joaquín Guzmán Loera, el número 701 entre los más ricos de la aldea global –de acuerdo a Forbes--, no “es molestado ni con el pétalo de una rosa” desde el 19 de enero de 2001, en que bajo la administración de Vicente Fox Quesada se fugó del penal de alta seguridad conocido como Puerta Grande.
No en balde, la opinión del más que odiado círculo rojo, pero sobre todo la voz popular, asocian lo que ahora se denomina ampulosa e histéricamente como Guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado y hace cuatro décadas simplemente como Operación Cóndor, con los cárteles caídos en desgracia para Los Pinos.
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