Agencia Reforma / Ciudad de México
El virus de la influenza tiene mutaciones continuas y no es posible erradicarlo, por lo que deberá convivirse con él y formular los antivirales y vacunas que puedan prevenir una pandemia, señaló el doctor Jaime Bustos Martínez, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
El experto en Virología y Biología Molecular recordó que sólo ha sido posible erradicar la viruela en el mundo con la vacunación de la población internacional y en lo que respecta al virus de la influenza A/H1N1, sería necesario vacunar no sólo a los seres humanos, sino a mamíferos y aves, lo que es una “empresa imposible”.
En el futuro, dijo en un comunicado de la UAM, deberá mantenerse una vigilancia epidemiológica constante y estricta, tanto con éste como con otros agentes infecciosos, para detectar en forma inmediata cuadros anormales en personas infectadas y establecer mecanismos y protocolos técnicos de identificación del virus en el sistema de salud.
El investigador detalló que el virus de la influenza tiene una gran capacidad para mutar, porque posee una cadena segmentada en ocho partes de Ácido Ribonucleico (ARN), que facilita los intercambios cuando el germen se replica.
Puntualizó que si logran encontrarse dos virus de influenza, de un humano y ave o cerdo, dentro de un mismo huésped, en el momento en el que éste replique pueden darse arreglos en estos segmentos que generen uno nuevo por intercambio de genoma animal y humano.
A partir de estos cambios, explicó, pueden crearse nuevas cepas virales, que se conocen como variaciones antigénicas.
El académico agregó que el virus de la influenza tiene dos proteínas principales para infectar a las células: la hemaglutinina (HA, de la que se conocen 16 tipos y subtipos) y la neuraminidasa (NA, de la que se identifican nueve subtipos).
Recordó que en el siglo 20 se registraron cinco pandemias de influenza documentadas en: 1900, 1918, 1957, 1968 y 1977.
De ellas, la influenza española, que surgió en 1918, fue clasificada como H1N1 y en su primera aparición produjo la muerte de entre 20 y 40 millones de personas en el mundo, por fortuna, aclaró, la cepa actual de H1N1 no es la misma, ha sufrido pequeños cambios y no es tan letal.
Consideró que las muertes en esta contingencia han sido pocas, pero que falta explicar por qué el más alto número de defunciones sólo se dio en México.
Por ahora, señaló, los antivirales que funcionan para curar la influenza A y B, que se generaron para atacar al virus de la influenza aviar H5N1 y que inhiben la proteína neuraminidasa, con la que el germen ataca a las células, es eficaz en la terapia de la influenza A/H1N1.
Sin embargo, deben preverse nuevas mutaciones que hagan a estas cepas resistentes a los antivirales mencionados, por lo cual deberán generarse en este año eficaces vacunas para esta cepa en particular, indicó.
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