En días pasados, Forbes publicó otra de sus gustadas listas de "los más". En este caso no fue sobre los más ricos, sino que enlistó a quienes, a juicio de la propia revista, son las 67 personas más poderosas del mundo. El uno-dos-tres más poderoso lo forman, desde luego, los presidentes de Estados Unidos, China y Rusia, en ese orden.
El listado incluyó a dos mexicanos: Carlos Slim (6) y el Chapo Guzmán (41). Ni por asomo apareció Calderón. Los que sí figuraron en la lista fueron Lula (33) y Hugo Chávez (67). ¿Qué acaso el fantasma del pejismo recorre las editoriales gringas? ¿Por qué ese ninguneo al "presidente" Calderón?
Los criterios de la revista para ordenar su listado de personas poderosas fueron los siguientes: "el número de personas sobre las que influyen, la capacidad de proyectar su poder más allá de su esfera inmediata, el control y acceso a recursos económicos y políticos, el poder en diversas esferas y la forma activa en la que ejercen el poder en su país y en el mundo". O sea que, según los editores de Forbes, el Chapo Guzmán tiene acceso a mayores recursos económicos y políticos que Calderón; ejerce esos recursos más activamente en este país y en el mundo; y, para acabarla, proyecta, el Chapo más que Calderón, su poder más allá de su esfera inmediata, sobre un mayor número de personas. Mmmm… interesante, muy interesante.
Que Lula sea más poderoso que Calderón no tiene discusión, ¿pero Chávez?... eso duele. Que Carlos Slim sea visto con más poder que Calderón, bueno, pasa, ¿Pero el Chapo?... ¡Qué gachos!
El orden de la lista mencionada brinda la oportunidad de hacer comparaciones, siempre odiosas, de lo más interesantes. Sin embargo hay que destacar la forma en la que el periódico Milenio cabeceó, el 12 de Noviembre pasado, la nota referida: "CARLOS SLIM, EL SEXTO HOMBRE MÁS PODEROSO DEL MUNDO; El Chapo Guzmán, más poderoso que Hugo Chávez." Con el fin de desviar la atención de la minimización de Calderón, ausente en la lista forbiana, Milenio se llevó las comparaciones a Sudamérica.
Otro ejemplo de periodismo arrastrado lo entregó el mismo Milenio el pasado Lunes 23. Mientras casi todos los periódicos ilustraron la nota sobre el acto de López Obrador en el Zócalo, con una fotografía en la que la principal plaza del país se desborda de gente, Milenio ilustró la misma nota con una gráfica en la que se observan sólo tres personas, sí, tres nada más.
Sucede que Ciro Gómez y Carlos Marín, editores de Milenio, tienen años redactando el acta de defunción del movimiento López Obradorista, y el Zócalo pletórico del pasado domingo 22 los obliga a tachar nuevamente la fecha de su acta. Cabecean sus notas con la cola, tratando de esconder la minimización internacional de Calderón, y después, burdamente, pretenden minimizar un evento del principal movimiento social nacional. Luego se enojan porque les gritan lambiscones, no deberían.
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