por Isabel Dorado Auz
Empezó en un pequeño cubículo de la Universidad de Sonora y hoy es una de las más importantes radios comunitarias de Latinoamérica. En tan solo nueve años ha logrado consolidarse como un espacio alternativo a los medios privados de comunicación. En Hermosillo, que es donde se origina la señal, compite de igual a igual, con todo y su escasez de recursos, con los programas noticiosos matutinos y vespertinos de las radiodifusoras locales y, en muchos casos, ha logrado superarlas.
Tiene, además, una serie de programas que enriquecen su programación cotidiana y le brinda espacio a diversas organizaciones de la sociedad civil, donde se tratan temas de derechos humanos, derechos de la mujer, temas ambientales, la resistencia civil pacífica, etc, etc. Si además, le agregamos una selección de diversos géneros musicales el resultado, necesariamente, es el éxito que han obtenido.
Resalta sobre todo lo anterior, el compromiso que han puesto para transmitir en vivo una serie de sucesos relacionados con la problemática social que se vive a lo largo y ancho del territorio nacional. Quedan en mi recuerdo, la excelente cobertura que se hizo a los acontecimientos de Oaxaca cuando la APPO enfrentó al gobierno represor de Ulises Ruiz; las transmisiones en vivo de las concentraciones convocadas por Andrés Manuel López Obrador; las trasmisiones del conflicto magisterial en Etchojoa; la cobertura de la represión en contra de los defensores del Parque de Villa de Seris; el conflicto minero de Cananea; la desgracia de nuestra Guardería ABC donde perdieron la vida 49 niños y últimamente la cobertura de la desaparición, por decreto presidencial, de Luz y Fuerza del Centro. En todos los casos, se aplica la frase que hoy están poniendo de moda, esto es, Radio Bemba ha emergido como "Un oasis en el desierto pornográfico".
En una entidad, donde la ultraderecha ha sentado sus reales, espacios como el de Radio Bemba no solo son necesarios sino que brindan la oportunidad de ejercer un derecho que los medios privados locales se niegan a promover, esto es, el ejercicio de la libre opinión. Cuando Radio ACIR cierra dos espacios de libre expresión en menos de un año, cuando los otros programas restringen el tiempo al aire de los comentarios de la sociedad civil, Radio Bemba abre sus espacios y, al mismo tiempo, contribuye a impulsar la democratización de los medios en general. Por eso, las presiones que recibe la radio no son pocas y nos obliga a que desde nuestras trincheras sigamos luchando por conservar estos espacios de comunicación. No hace mucho la ultraderecha sonorense obligó a las autoridades universitarias a cerrar un excelente periódico que se elaboraba en el interior de la Universidad de Sonora, el UNISONO, con lo cual, la proeza de Radio Bemba se aquilata más.
Vaya pues un reconocimiento y una muy sincera felicitación a todos los que, en este revolucionario mes de noviembre, hacen posible los nueve años de una Radio que llegó para ganarse el corazón de los hermosillenses y constituir en sí, un verdadero orgullo sonorense que surge en Hermosillo pero que tiene trascendencia a nivel nacional e internacional.
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