Entrevista a Éric Toussaint, presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM)
12 de noviembre por El Economista (Cuba)
1. Queremos conocer cómo se han desarrollado los lazos de colaboración entre el Comité que Vd. preside y las instituciones que en distintos países del Tercer Mundo reclaman la cancelación de la deuda externa.
Primero hay que tener en cuenta que el CADTM es una red internacional con presencia en 26 países. Cuatro de ellos son del Norte: Bélgica, Francia, Suiza y Japón. Los 22 países restantes están distribuidos entre Asia (India y Pakistán), el África subsahariana (12 países), el mundo árabe (3 países) y América Latina y Caribe (5 países). Los organismos miembros del Comité son sindicatos, organizaciones de mujeres, de campesinos, de juventudes que en su país se constituyen en coalición para trabajar sobre el tema de la deuda. Entonces estamos hablando de movimientos ciudadanos que exigen de su país, de sus autoridades, que lleven adelante acciones para poner fin al pago de una deuda fraudulenta e ilegitima.
En segundo lugar, el CADTM está relacionado con otras redes internacionales que también trabajan sobre el tema de la deuda. Entre éstas están Jubileo Sur , organización creada en 1999 y con presencia en África, Asía y América Latina, pero sin representación en el Norte. Otra red, Latindad , con presencia sólo en América Latina y con sede en Perú. Además tenemos a Eurodad , en este caso una red europea; y finalmente tenemos vínculos con diferentes campañas nacionales en países del Norte. Con estas redes y campañas internacionales hemos constituido un comité de colaboración internacional que se llama Internacional Facilitation Team. Este equipo de trabajo, el cual esta conformado por CADTM, Jubileo Sur, Eurodad y Jubileo-Estados Unidos, convocó una asamblea mundial. La primera asamblea mundial sobre la deuda tuvo lugar en Cuba en el año 2005, con delegados de más de 40 países. La última asamblea mundial convocada por este equipo se llevó a cabo en Quito en septiembre de 2008.
En tercer lugar, el CADTM mantiene contacto con gobiernos de países del Sur que buscan accesoria y colaboración en el tema de la deuda. En este nivel hemos colaborado activamente con el gobierno de Rafael Correa, en Ecuador. Cuando el gobierno de Ecuador constituyó una comisión de auditoría integral de la deuda pública interna y externa, el CADTM formó parte de la misma. Personalmente representé al CADTM en dicha comisión, que trabajó de julio 2007 a septiembre 2008. El informe final fue entregado en septiembre y presentado al público en noviembre de 2008. Basado en el mismo, el gobierno de Ecuador decidió suspender el pago de 3.000 millones de dólares de deuda comercial en la forma de bonos 2012 y 2030. Asimismo, los resultados de la auditoría y la decisión unilateral soberana del gobierno de Ecuador permitieron convencer a los acreedores de los bonos de revender estos al Estado ecuatoriano con un descuento del 65%. Al cabo de las negociaciones, que terminaron en junio del 2009, el 91% de los bonos fueron vendidos por sus acreedores al gobierno del Ecuador. Esto representó un ahorro de cerca de 2.000 millones de dólares, sobre una deuda total comercial en bonos 2012 y 2030 de 3.000 millones de dólares. En términos de servicio de la deuda, esta transacción representó un ahorro anual para Ecuador de 300 millones de dólares.
Entonces, cuando un gobierno del Sur se comunica con nosotros para pedir asesoramiento de nuestra parte, cuando esta petición proviene de un gobierno democrático, aceptamos con entusiasmo la colaboración y consideramos que el resultado ha sido globalmente positivo en el caso de Ecuador. También estamos en contacto con el gobierno de Fernando Lugo en Paraguay para empezar una auditoría de la deuda.
Éstos son, en líneas generales, los tres tipos de relaciones y contactos que el CADTM mantiene a nivel mundial sobre el tema de la deuda.
2. Aunque está demostrado que la deuda del Tercer Mundo es incobrable, los bancos privados conceden cada año nuevos préstamos a los países subdesarrollados, principalmente con el propósito de que paguen los intereses vencidos, con lo cual aumenta también cada año el monto de la deuda. ¿Cuánto tiempo más cree que pueda durar esta diabólica espiral?
Creo que hay 2 ejemplos emblemáticos a principios del siglo XXI que apuntan hacia una salida de esta situación. Uno, la experiencia de Argentina entre 2001 y 2005; y más recientemente la actuación del gobierno de Rafael Correa en Ecuador.
En el caso de Argentina, suspendió el pago de su deuda comercial de unos 100.000 millones de dólares desde finales de diciembre de 2001 hasta marzo de 2005. Fue una decisión unilateral condenada de forma generalizada por los grandes organismos financieros como el FMI, el Banco Mundial, la OECD, el club de Paris, los cuales anunciaban un caos para Argentina. Sin embargo, el resultado fue totalmente opuesto.
Argentina, en diciembre del 2001, estaba viviendo una recesión desde hacia 36 meses. Dicha recesión continuó a lo largo de 2002, pero gracias al impago de la deuda y a la utilización de los recursos ahorrados por el gobierno de Duhalde, y posteriormente el de Kirchner, en inversiones de tipo social, planes de trabajo, etc., lograron relanzar la actividad económica y el consumo en Argentina. A la postre, durante los años 2004 a 2006, el país registró un crecimiento del orden del 8% anual del PIB, lo que demuestra que la declaración unilateral de impago puede convertirse en una solución para reactivar la actividad económica |1|.
El segundo ejemplo es el caso anteriormente mencionado de Ecuador. Esta experiencia muestra un gobierno que aunque tenía reservas para pagar la deuda decidió suspender su pago por el carácter fraudulento de este endeudamiento. Ecuador logro imponer a los acreedores su solución, es decir pagar de manera anticipada con un descuento del 65% sobre los títulos. De esta forma la deuda no fue completamente anulada, sino solo eliminada de forma parcial.
Estos dos ejemplos son una muestra de que para romper el círculo vicioso del cual se habla en la pregunta, son necesarios actos unilaterales soberanos basados en argumentos del Derecho Internacional para lograr una reducción radical de la deuda. En este sentido, desde mi punto de vista, sería mejor imponer un repudio unilateral a todas las deudas que son identificadas como ilegítimas, odiosas y fraudulentas: ésta es la salida.
No creo en una salida concertada entre países acreedores y países deudores. Nunca de manera voluntaria el conjunto de países acreedores, a través de sus instituciones como el FMI o el Banco Mundial, van a renunciar a cobrar el total de la deuda. Esto no va a ocurrir.
Lo que puede suceder, de parte de los países acreedores, son decisiones unilaterales soberanas de anulación de deuda. El caso emblemático en este escenario es Noruega. El país nórdico decidió en 2006 renunciar a seguir cobrando la deuda respecto a la venta de barcos pesqueros hecha en los años ochenta. El gobierno noruego tomó esta decisión después de realizar una auditoría de sus acreencias sobre 5 países en desarrollo, a saber, Ecuador, Perú, Jamaica, Sierra Leona y Egipto. Noruega tomo esa postura bajo la presión de la movilización de los movimientos sociales, de los movimientos anti-deuda de Noruega, incluyendo al movimiento de las Iglesias Luteranas de Noruega, quienes desde hacia varios años apoyaban las reivindicaciones de las asociaciones ecuatorianas que reclamaban la cesación de pagos. Es importante señalar que la campaña contra la deuda en Ecuador estuvo apoyada por redes internacionales, como la red del CADTM.
En resumen, para mí la solución puede provenir de dos fuentes. La primera fuente son actos soberanos unilaterales de parte de acreedores del Norte bajo la presión de movimientos sociales. La segunda fuente son actos soberanos de países del Sur de declaración de nulidad de la deuda basados en el Derecho internacional o interno.
3. Más del 60% de la deuda del Tercer Mundo está contraída con los bancos privados y muchos de ellos están representados en el llamado Club de Londres a los efectos de negociar con los países deudores. De acuerdo con su experiencia, ¿cuáles son los obstáculos principales que se requiere vencer a fin de lograr que los países subdesarrollados también se unan en un bloque para negociar con sus acreedores?
Es realmente una preocupación la incapacidad de los países del Sur de unirse con criterios comunes y coherentes para adoptar una estrategia unificada frente a los acreedores. Mientras que los acreedores en general sí trabajan de forma conjunta a través de varios organismos que los apoyan (Banco mundial, FMI, Club de Paris, asociación de banqueros privados...).
Entonces, primero que todo, es fundamental darse cuenta por parte de los países que de momento no tienen problemas de solvencia o liquidez, como por ejemplo el grupo de países exportadores de petróleo o de otras materias primas, que sus intereses en el mediano plazo se corresponden con los intereses de los países mas frágiles de la cadena de la deuda. En este sentido, es importante reforzar la situación de los más débiles al acercar su posición a la postura de países como Ecuador. Si Venezuela o Brasil se hubieran acercado a la postura de Ecuador frente a los acreedores se habrían podido imponer a estos últimos condiciones todavía más provechosas para los pueblos de la región.
La correlación de fuerzas es favorable a los países del Sur, porque tienen como resistir a un bloqueo financiero de los acreedores del Norte gracias a sus reservas. Hay que aprovechar la presente disponibilidad de reservas para imponer medidas fuertes por parte de los países del Sur. Es un error esperar a que las reservas se reduzcan para proceder a negociar. No hay que esperar a estar contra la pared para organizar un frente de resistencia común.
En estos momentos los acreedores del Norte están sumidos en sus contradicciones internas relacionadas con el rescate de los respectivos sistemas financieros nacionales y el sistema financiero internacional. Una postura radical de los países del Sur podría desembocar en soluciones favorables a sus intereses. El problema entonces es que al no existir un sentido de urgencia respecto a la crisis, los gobiernos de los países de Sur piensan que pueden seguir refinanciando su deuda y contratar nuevas deudas sin mayores problemas.
Desde el punto de vista estratégico, para mí es un error adoptar este tipo de postura. Espero que en futuras discusiones, en eventos tales como la conferencia sobre Globalización y Problemas del Desarrollo organizada por la ANEC en marzo de 2010, se podría replantear la constitución de una estrategia común de los países de América Latina frente a la deuda.
4. Cada día es mayor el número de economistas que opinan que las potencias capitalistas están resueltas a salir de la actual crisis mundial sin aceptar cambios sustanciales en el orden económico y financiero internacional, aunque a la postre tal intransigencia sólo acarree nuevas y mayores crisis para el sistema económico regido por el mercado. ¿Qué comentario desea hacer al respecto?
Comparto el criterio de la pregunta. Las grandes potencias capitalistas no están dispuestas realmente a organizar un nuevo orden económico internacional. Menciono este término, porque se refiere a la exigencia realizada por el Movimiento de los Países No Alineados en los años 60 y 70 del siglo pasado. Ese nuevo orden internacional que implica relaciones equitativas entre países del Norte y del Sur, es rechazado por las grandes potencias capitalistas. Lo que éstas buscan es cómo negociar una limitada extensión de los centros de poder y decisiones con las principales economías emergentes, empezando con China y continuando con Rusia, India y Brasil. Esta extensión se esta ejecutando al otorgar a estos países un poco más de voz en las grandes organizaciones financieras internacionales, tales como el Banco Mundial y el FMI, las cuales han sido dominadas históricamente por los intereses de las grandes potencias. Así estas potencias están dispuestas a abrir algunos espacios pero no a replantear a nivel mundial la cuestión de un cambio democrático del orden político, financiero y económico planetario.
Por eso me parece fundamental, a nivel de salidas, empezar desde el Sur la creación de nuevos organismos multilaterales. Me refiero a fortalecer el Banco del Sur, al cual adhieren 7 países de América Latina. Fortalecer, o dar vida, al sistema monetario regional a nivel del ALBA, el cual se conoce actualmente como SUCRE. Extender el ALBA. Lograr convencer a los países africanos y asiáticos de dotarse ellos también de bancos regionales y dentro del marco de un acercamiento tricontinental, organizar una red de Bancos del Sur. Avanzar en acuerdos de colaboración monetaria, tales como el acuerdo de Chiang Mai entre los países del sudeste asiático. Con este tipo de acuerdos en caso de una crisis de Balanza de Pagos, los países pueden disponer de las reservas internacionales comunes, lo que elimina la necesidad de recurrir a la ayuda condicionada de parte del FMI, quien siempre exige la implementación de políticas neoliberales a cambio de sus recursos.
Entonces, frente a la falta de voluntad de las grandes potencias capitalistas, la solución no es la transformación del G-8 en G-14 o G-20. La solución pasa por la construcción desde abajo por parte de los países del Sur de mecanismos multilaterales para coordinar sus políticas económicas, monetarias y sociales, así como replantear la reivindicación de la necesidad de un nuevo orden económico internacional.
Para mi, adherir a un Banco del Sur tendría que implicar la renuncia a la membresía del FMI o del Banco Mundial, con el propósito de debilitar a estas instituciones que mostraron su total incapacidad de reforma interna para satisfacer las necesidades de los pueblos.
También me parece muy importante que los países del Sur se doten de un CIADI (Centro Internacional de Arreglos sobre Diferendos en materia de Inversiones) del Sur. El CIADI es el tribunal del Banco Mundial, el cual casi siempre sentencia a favor de los intereses de las grandes transnacionales y en contra de los gobiernos. Seria muy positivo para los países del Sur salir del sistema del CIADI, como hizo Bolivia en mayo del 2007, como anunció Ecuador en julio del 2009, y reunirse para constituir un CIADI del Sur. Esto implicaría que a partir de ahora las transnacionales deberían presentar sus querellas ante un organismo del Sur, que tomaría en cuenta los intereses y los argumento del Sur, como no ocurre en el caso del CIADI bajo el patronazgo del Banco Mundial.
5. En el Encuentro Internacional sobre Globalización y Problemas del Desarrollo celebrado a comienzos de este año en La Habana, Vd. alertó sobre el peligro de que la caída de los precios de las materias primas y productos básicos en el mercado internacional incremente el peso de la deuda externa respecto al valor de las exportaciones y el PIB de los países del Tercer Mundo. ¿Cómo observa esta situación cuando ya nos acercamos al final de 2009?
Nos aproximamos a una nueva crisis de la deuda. No sabemos con exactitud cuándo esta crisis tendrá lugar, pero los ingredientes de una nueva crisis se están cristalizando, se están reforzando.
¿Cuales son estos ingredientes? En primer lugar el costo del refinanciamiento de la deuda de los países en desarrollo ha aumentado como consecuencia de la crisis financiera que empezó en Estados Unidos a partir del 2007 y que todavía no está superada. Con el congelamiento de los mercados financieros y los problemas de solvencia de los bancos, los nuevos créditos son negociados con tasas de interés y primas de riesgo más altas. Estos prestamos, como ustedes mencionan en la pregunta, son concedidos para rembolsar antiguas deudas. Al exigir remuneraciones más altas para los nuevos créditos, los bancos y mercados financieros hacen más difícil el refinanciamiento de la deuda.
El segundo ingrediente es la crisis económica mundial, con la caída en la actividad económica que tiene como consecuencia una reducción de los ingresos por exportaciones de los países en desarrollo. Esta disminución es producto a su vez de los menores volúmenes y menores precios de las exportaciones de los países en desarrollo en los mercados internacionales. A partir de junio de 2008 han bajado los precios de las materias primas y de los productos agrícolas. Hubo un repunte de los precios en el primer semestre de este año pero aun así, los precios siguen estando alrededor de un 50% por debajo de los máximos alcanzados durante el verano de 2008.
Hasta el momento, la tormenta económica ha sido sorteada con las importantes reservas acumuladas entre 2004 y 2008, producto de los altos precios de las materias primas exportadas por los países en desarrollo durante este periodo. De esta forma, los países del Sur han utilizado parte de sus reservas para refinanciar su deuda, lo que a su vez ha provocado la caída de estas reservas a un ritmo bastante rápido.
Así, en el caso de explosión de una nueva crisis de la deuda, este círculo vicioso de refinanciamiento de la deuda a través de nuevos préstamos está puesto en cuestión. Se producirán inevitablemente defaults, suspensiones de pagos, etc. No sabemos cuándo ocurrirán pero es probable que en los próximos años veamos nuevos escenarios de este tipo.
Finalmente hay que tener en cuenta la explosión de la deuda pública en los países del Norte como resultado de los paquetes de rescate del sistema financiero, que han representado un coste enorme para los tesoros públicos del Norte.
Este incremento de la deuda pública de los países del Norte va a dar un nuevo impulso a la ofensiva neoliberal a favor de más privatizaciones para disponer de liquidez para rembolsar la deuda pública y en contra del gasto social y del Estado de Bienestar en los países donde se logró protegerlo de manera significativa. Me refiero, por ejemplo, a países como Francia, Alemania, Bélgica.
Es realmente impresionante el hecho de que, a pesar del descalabro de la ideología y de los planes neoliberales, por falta de alternativas tenemos más de lo mismo a nivel de políticas de la mayoría de los gobiernos del Norte. Es decir un aumento de la orientación neoliberal. Resalto este tema porque a lo largo de la presente crisis, este fenómeno ha sido tan fuerte que varios comentaristas han imaginado un retorno hacia políticas neokeynesianas por parte de los gobiernos, mientras que lo que ha ocurrido en la práctica contradice este pronostico.
Tanto en los países del Sur, como en los países del Norte, los empleos e ingresos de los sectores populares serán sometidos a mayores presiones en nombre del pago de la deuda pública. Esto da más argumentos a los que luchamos en este terreno para buscar unificar las resistencias de los oprimidos del Norte con los pueblos del Sur.
Considero que en las próximas ediciones del Foro Social Mundial, de los Foros Continentales, el tema de la deuda pública será muy relevante para los movimientos populares a nivel global. Esto nos da más responsabilidad como Comité para la Anulación de la Deuda para brindar propuestas de alternativas comunes tanto en el Norte como en el Sur.
Eric Toussaint es el presidente del Comité para la Abolición de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM), con sede en Bélgica. www.cadtm.org
Notas
|1| Para dar una visión completa hay que añadir que, de manera injustificada, el gobierno de Néstor Kirchner puso fin a la suspensión de pago en marzo 2005 concluyendo un acuerdo de canje con los tenedores de bonos de la deuda comercial. Kirchner cambió más del 70% de los antiguos bonos por nuevos con un descuento de alrededor del 50% garantizando una tasa de interés muy alta. Consecuencia: el servicio de la deuda pública argentina volvió a aumentar de manera exagerada. Los tenedores de bonos que no aceptaron la oferta exigen todavía una indemnización. El gobierno de Cristina Fernández anunció en octubre de 2009 su intención de llegar a un arreglo con ellos. Lo que es rechazado por l@s activistas argentinos que luchan para la anulación de estos bonos. El CADTM apoya esta demanda.
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