diciembre 22, 2009

Fatídico adelanto del 2010

Apuntes
Guillermo Fabela Quiñones

Con toda saña, Felipe Calderón nos quiso dar una probada de lo que será el año 2010. Adelantó la escalada de incrementos que hará polvo el insultante "aumento" al salario mínimo, de poco más de 2 pesos, incluso antes de que entrara en vigor, al autorizar desde el sábado 19 de diciembre nuevas alzas a las gasolinas. A lo mejor quiso aprovechar la temporada vacacional, cuando la gente está menos tensa, para darle tan tremendo zarpazo a la economía familiar. O tal vez consideró, él o su flamante secretario de Economía, que sería el mejor momento ahora que los medios electrónicos se dan vuelo con la noticia del asesinato de Arturo Beltrán Leyva.
Ni qué decir tiene que las consecuencias de esta nefasta decisión serán desastrosas para el país, por la espiral inflacionaria que se producirá de inmediato. Cabe preguntarse si en el 2010 conservará el "gobierno" el lema que lo identifica: "Para vivir mejor". Si tal fuera el caso, el enojo de la ciudadanía será mayúsculo por la burla que implica, cuando en la realidad cada día se vive peor en este país secuestrado por una oligarquía voraz y apátrida. Tal forma de proceder de Calderón demuestra no sólo una ceguera increíble, sino una absoluta falta de sensibilidad social, además de su total incapacidad para oponerse a los designios de quienes verdaderamente mandan en México.

Lo que también demuestra Calderón es su aquiescencia a la voracidad insaciable de un grupito que sólo vive para alcanzar más privilegios y riquezas, el cual da por hecho que la privatización de los recursos energéticos será una realidad en esta "administración", y se apresta desde ahora a la obtención de jugosísimas ganancias. ¿Acaso no demostró Calderón gran "valentía", se dicen entre ellos, al haber liquidado al Sindicato Mexicano de Electricistas y su fuente de trabajo? Seguramente deben suponer que cuentan con un "líder" que no se arredra ante nada con tal de favorecerlos, de ahí que cada día le exijan más y más pruebas de su lealtad. Desde luego, para Calderón no representa un cargo de conciencia actuar como lo ordena la oligarquía, ya que lo hace con plena convicción.
No deja de ser patético que el PRI considere que seguir apoyando a Calderón les resultará benéfico, cuando en los hechos dentro de tres años, si acaso terminara su mandato, el país estará metido en un escenario catastrófico sin precedente. Así como vamos no hay otra salida, pues resulta absolutamente irracional el comportamiento de un "gobierno" que sólo sirve a los fines de un grupito cuyo único interés es medrar con las riquezas nacionales, mientras las siga habiendo.
Lo único que cabe esperar es que la descomposición social siga su curso ascendente, pero ahora con más celeridad y mayores calamidades. Esto hace fácil prever mayor violencia en los meses venideros, no porque los del crimen organizado se estén matando entre ellos, como dicen voceros del "gobierno", sino porque cada día aumentará considerablemente el número de jóvenes sin futuro, a quienes no les quedará otro camino que buscar cómo sobrevivir, al precio incluso de su propia vida. De ahí que no tenga sentido la recomendación del cardenal Norberto Rivera Carrera, de que el Ejército siga haciendo tareas policíacas, ya que según él, "en este momento, lo peor que podría hacer México es abandonar la plaza a los del crimen organizado".
No, lo peor que está haciendo Calderón, además de haber sacado a las fuerzas armadas de sus cuarteles para hacer tareas que contravienen el orden constitucional, es apuntalar las causas que propician el aumento de la delincuencia. El empobrecimiento de las clases medias, la falta de expectativas laborales para millones de muchachos que se ven obligados a truncar sus estudios, el desmembramiento de más y más hogares, consecuencia de las "políticas" de Calderón, son la herencia que se está dejando a las nuevas generaciones, las que nacieron o están por nacer en un ambiente adverso al sano desarrollo social, cada vez más proclive a la violencia como único argumento válido para hacerse escuchar. De ahí que además de patética, la actitud zorruna del PRI a estas alturas sea más bien una soberana torpeza que se les habrá de revertir a las primeras horas de su regreso a Los Pinos.

gmofavela@hotmail.com

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