Nancy Flores / Contralinea
En siete años, los gobiernos de Fox y Calderón erogan más de 84 mil millones de pesos para inventariar y mapear los hidrocarburos del país. Los trabajos exploratorios revelan que el 45.2 por ciento del potencial petrolero –que el gobierno federal pretende privatizar a través de las “alianzas” con trasnacionales– se localiza en tierra, principalmente en Chiapas y Tabasco; el resto, en aguas ultraprofundas, a distancias para las que ningún país o empresa en el mundo tiene tecnología.
De 2001 a 2007, Petróleos Mexicanos (Pemex) destinó, al menos, 84 mil 525 millones de pesos a trabajos de exploración. El objetivo: inventariar y mapear las reservas de hidrocarburos probables del país y sus aguas patrimoniales. De acuerdo con la empresa, se trata de un gasto “sin precedentes”.
Por año, las inversiones en este rubro oscilan entre 10 mil y 15 mil millones de pesos y representan del 7 al 10 por ciento del presupuesto de la subsidiaria con más recursos, Pemex Exploración y Producción (PEP), indican informes ejecutivos anuales y estados financieros de la paraestatal.
Aunque la exploración es una rama fundamental en la industria petrolera, de aprobarse la reforma a la Constitución –impulsada por la administración de Felipe Calderón para permitir alianzas en la explotación de hidrocarburos y compartir la renta petrolera con trasnacionales– se corre el riesgo de que el inventario y los mapas generados por estos trabajos sean entregados a la iniciativa privada. “Todo el trabajo en localizaciones, en exploración, será regalado”, advierte el especialista en reservas petroleras, Fabio Barbosa Cano.
Más aún, al abrir la actividad a la iniciativa privada no sólo se entregaría el potencial en aguas ultraprofundas y campos transfronterizos –para el que, internacionalmente, aún no hay tecnología (Contralínea 95)– sino que se cederían los campos en tierra, para los que Pemex sí tiene tecnología y que representan más del 45 por ciento de los recursos posibles (aún no descubiertos).
De acuerdo con la nueva geografía petrolera, hecha a partir de los trabajos exploratorios, el máximo potencial de hidrocarburos no sólo está en aguas ultraprofundas. “La parte más importante donde se encuentran estos recursos es el Golfo de México, pero en segundo lugar, no muy rezagadas, se ubican las cuencas del sureste: Tabasco y Chiapas, donde hay cuencas muy productivas y se encontraron nuevas extensiones y oportunidades”, dice el investigador Fabio Barbosa.
El documento Prospectiva de hidrocarburos 2007-2011 en México, publicado el 9 de agosto del año pasado por el ingeniero Rafael Alexandri Rionda –exdirector de Exploración y Explotación de Hidrocarburos de la Secretaría de Energía y actual director general del Servicio Geológico Mexicano–, revela que el 45.2 por ciento del total del recurso prospectivo se localiza en tierra.
De acuerdo con el informe, la cuenca del Golfo de México profundo representa el 54.8 por ciento de dichos recursos: se estima que posee 29.5 miles de millones de barriles de petróleo crudo equivalente (MMBPCE) de los 53.8 totales aún no descubiertos. El resto se divide en seis cuencas, que abarcan 984 mil kilómetros cuadrados: Sureste, 33.6 por ciento, al albergar 18.1 MMDBPCE; Burgos, 5.7, al poseer 3.1 MMDBPCE; Poza Rica-Chicontepec, 3.1 por ciento; Veracruz, 1.4; Plataforma de Yucatán y Sabinas, 0.5 por ciento, respectivamente.
Además, las cuencas del sureste representan el 81.4 por ciento de la producción acumulada, seguida por las de Poza Rica-Chicontepec, con 13.1 por ciento. Según el informe, en la administración de Calderón “la actividad exploratoria se enfocará en las zonas donde existe el mayor recurso prospectivo”: Lamprea Profundo, Lankahuasa Profundo, Coatzacoalcos Profundo, Planicie Abisal, Campeche Profundo y Plegado Perdido. Aunque todos éstos se ubican en el golfo, sólo el último es un yacimiento transfronterizo.
Exploración, al servicio de la IP
El Golfo de México se convirtió en la “nueva joya de la corona”, aun cuando la declinación de Cantarell estaba prevista desde hace muchos años, dice Fabio Barbosa; por ello, advierte, se le ha destinado mucho dinero a la exploración en el sexenio de Vicente Fox y en el actual gobierno.
El investigador del Instituto de Investigaciones Económicas (Iiec) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dice que el expresidente Fox y su grupo actuaron como extranjeros en un país en donde no iban a quedarse. Indica que con esta lógica empresarial realizaron un inventario general de los hidrocarburos de México.
El académico explica que todos los campos petroleros del país modificaron su extensión: “Las cuencas de Sabinas y Burgos se ampliaron geográficamente y, lo más importante, aparecieron nuevas cuencas en la geografía petrolera: Catemaco, Macuspana, Salina”.
A principios de este año, Pemex dio a conocer siete campos exitosos entre sus “principales descubrimientos realizados (sólo) en el cuarto trimestre de 2007”: Burgos Fémur-1; Aceitero-1; Axón-1; Oasis-1001 y Oasis-401; Veracruz Obertura-1, y cuencas del sureste Kuil-1, indica el Reporte de resultados financieros al 31 de diciembre de 2007.
Los trabajos exploratorios en la pasada administración también fueron relevantes, no sólo en monto. El 18 de marzo de 2003, el entonces director de Pemex Raúl Muñoz Leos detalló que, en esa época, la paraestatal realizaba “pruebas exploratorias en aproximadamente 100 mil kilómetros cuadrados en regiones de Veracruz, Tabasco, Campeche, Chiapas, la cuenca Salina del Istmo y las aguas profundas del Golfo de México”.
Un mes después, el 25 de abril, el ingeniero Adán Oviedo Pérez, entonces subdirector de la Coordinación Técnica de Exploración de PEP, explicó que México tenía 2 mil 700 oportunidades exploratorias de gas y de aceite ligero y pesado.
Al dar a conocer la estrategia en esta materia del Plan de Negocios 2002-2010 de la subsidiaria, también indicó que las principales cuencas de hidrocarburos en el país son Burgos, Veracruz, Macuspana, Sonda de Campeche, Chiapas-Tabasco, Sabinas, Salina, Plataforma Continental y Golfo de México profundo.
Prioridades de Calderón
A pesar de que casi la mitad de los hidrocarburos prospectivos se localiza en tierra y en aguas someras y que en días recientes la mezcla mexicana se vende en más de 90 dólares por barril, la prioridad del gobierno actual es la privatización de Petróleos Mexicanos.
El pasado 14 de febrero, el presidente Felipe Calderón dijo que, para perforar en aguas profundas, la paraestatal debe aplicar las experiencias de otros países, incluso comunistas como China y Cuba, en materia de alianzas con la iniciativa privada. Esto, pese a que la tendencia en países latinoamericanos como Venezuela, Bolivia e incluso Brasil es la nacionalización de los hidrocarburos.
Al concluir su gira por Estados Unidos, el mandatario advirtió que, de no abrir el sector a la inversión privada, en breve se cancelarían los recursos para educación, campo y salud. “Tenemos mucho petróleo, un tesoro enterrado en el mar”, fue el argumento esgrimido.
Lo que omitió decir el presidente es que su administración continúa erogando recursos públicos para mapear ese tesoro, que también está en tierra. Según el Reporte de resultados financieros al 31 de diciembre de 2007 de Pemex, “el programa de exploración en aguas profundas 2008 contempla la adquisición de más de 20 mil kilómetros de sísmica 2D (doble dimensión) y más de 8 mil kilómetros cuadrados de sísmica 3D (triple dimensión). Adicionalmente, se tienen programados dos pozos exploratorios como parte del proyecto Golfo de México B”.
El doctor Manuel Barquín Álvarez, especialista en derecho constitucional y administrativo, explica que la participación de particulares en formas societarias o de alianzas, sobre todo en áreas estratégicas como la explotación de hidrocarburos, implica reformar la Constitución, en sus artículos 25, 27 y 28.
El investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM dice que en la actualidad la iniciativa privada sí puede participar en contratos con la petrolera, siempre y cuando éstos no impliquen que tengan posesión del subsuelo o posesión jurídica del resultado de la perforación, es decir, del crudo.
—No se puede hacer un contrato en México en que el crudo, tal como salga del pozo, lo pueda tener un particular y lo venda por su parte o lo refine. Sí se puede hacer un contrato donde una compañía perfore y opere la extracción, pero el petróleo nunca queda en su propiedad; se le paga por lo que hace, pero no puede tener un acceso directo al petróleo, no puede participar en la ganancia sin que antes pase por las manos del Estado y éste le pague por sus servicios.
Barquín Álvarez agrega que para hacer más eficiente a Pemex no es necesario reformar la Constitución: se le puede dar autonomía de gestión; quitar muchos controles de tipo contable que tiene y que los ejercen mayormente la Secretaría de la Función Pública o de Hacienda y Crédito Público.
Pérdida de soberanía energética
De ocurrir la reforma constitucional que permita alianzas en la explotación de los hidrocarburos, México perderá su soberanía energética. Los supuestos argumentos del gobierno federal para abrir la actividad a la iniciativa privada extranjera son falaces, indican investigadores: los altos petroprecios le dan viabilidad económica a la paraestatal, mientras que el fondo de la privatización es favorecer a Estados Unidos y a las grandes trasnacionales.
—México sostiene sus principales relaciones con la primera potencia del mundo, Estados Unidos. La economía mexicana pesa como el 4 por ciento y si se le compara al ciento por ciento con la economía de Estados Unidos es como enfrentar a un hombre de sólo cuatro kilos para competir en un ring, que se llama Tratado de Libre Comercio, con una persona que pesa 100 kilos; a eso se le llama libre competencia, libre mercado, libre concurrencia. Es una gran mentira porque no se enfrentan dos países de la misma estatura ni del mismo peso económico, político y social. Siempre en la literatura comercial y empresarial se habla de que somos socios; somos socios como si fuéramos el caballo o el burro de alguien que lo monta –dice el doctor en Economía por la Universidad Complutense de Madrid, Arturo Bonilla.
“Ahora estamos a punto de perder la soberanía energética”, agrega el especialista en economía del sector energético, cuando el petróleo es un gran negocio, por ser el principal combustible para mantener en funcionamiento la gigantesca maquinaria económica y productiva de los principales países del mundo. “La privatización de Pemex es probablemente la forma más desafortunada, por decir lo menos, de hacer frente a las necesidades de nuestro país y tan es importante mantener la independencia energética como lo es de importante mantener la independencia de la soberanía nacional y diversificar nuestro comercio exterior”.
—Al privatizarse, estamos en una situación de mayor debilidad como nación y esto no es bueno. Seguramente que si bursatilizan a Pemex o una parte que vendan en la Bolsa de Valores, las acciones de esta empresa van a subir extraordinariamente y por eso se quiere hacer. Una de las causas es el negocio.
Por su parte, el investigador Fabio Barbosa considera que en la polémica actual sobre las reformas a Pemex es necesario contar con información: “El pueblo de México tiene el derecho a recibir información sustentada con mapas, datos, nombres, cifras. La información sobre las gestiones que se están haciendo en otros países no sólo deberían de conocerla los extranjeros, sino que debe de difundirse oportunamente aquí: Pemex ya está avanzando con sus propios recursos técnicos y financieros para sus primeros proyectos en aguas ultraprofundas, como se les denomina en Estados Unidos, de tirantes de agua de casi 1 mil metros, que es el promedio de las perforaciones en las aguas profundas de Brasil”.
A fines de septiembre pasado, Guillermo Pérez Cruz, gerente corporativo de la Unidad Especializada de Aguas Profundas de PEP, visitó Estados Unidos para estudiar opciones de desarrollo del campo ultraprofundo de Lakach, ubicado a casi 1 mil metros de profundidad. El desarrollo de este yacimiento está previsto en un periodo de tres años, de 2008 a 2012, con recursos públicos, según se dio a conocer en la prensa de ese país.
—Es indiscutible que en México hay un gran potencial de hidrocarburos que atrae la voracidad de las compañías extranjeras. Si fuéramos un changarrito, pues a quién le iba a interesar –dice el especialista Fabio Barbosa.
abril 06, 2008
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