Tere Guerra / Riodoce
Lunes 14 de septiembre de 2009
El martes 25 de agosto, a propuesta de los diputados del PRI y del PAN en el Congreso del Estado, se le dio lectura a una iniciativa para reformar el artículo 4 de la Constitución del Estado de Sinaloa, a fin de elevar a rango constitucional la protección de la vida desde la concepción y evitar que en un momento dado en Sinaloa se legisle, mediante leyes secundarias, permitiendo el aborto antes de las 12 semanas de gestación, como sucede en el Distrito Federal y en varios países del mundo.
Esta propuesta y reforma constitucional fue ordenada desde Los Pinos por el presidente Felipe Calderón, a petición de la cúpula de la Iglesia, y los priistas aprontados se han prestado a seguir las órdenes de Calderón, a quien cuestionan pero nunca contradicen ni enfrentan, porque en el fondo la clase política priista es igual y actúa igual que Felipe Calderón; obedecen órdenes del poder económico y eclesiástico y gobiernan para que los más ricos de este país sigan incrementando sus fortunas. Por eso el PRI le puede cantar al PAN: “Te pareces tanto a mí, que no puedes engañarme”.
A la fecha ya son 16 estados del país en donde se presenta y se aprueba esta reforma constitucional; la intención es forzar, de arriba hacia abajo, es decir a través de las legislaturas locales y las constituciones de los estados, la reforma a la Constitución federal, tratando de evitar que se legisle como en el DF, permitiendo el aborto antes de los tres meses de embarazo. Regularmente las reformas constitucionales son a la inversa, primero se da la reforma federal, misma que tienen que aprobar las legislaturas locales, pero como el ambiente en la Cámara de Diputados a nivel federal no es el más apropiado como para que la cúpula del clero force la reforma, se decidió empujarla desde los estados y obligar de esa manera al Congreso de la Unión a prohibir el aborto.
Sabíamos que los diputados de Acción Nacional iban a apoyar la propuesta, porque si el presidente se los ordena, así lo hacen. Lo que estamos observando en Sinaloa es que Felipe Calderón no solo instruye y da línea a los diputados del PAN, sino también a los del PRI, porque la propuesta del artículo 4 de la Constitución de Sinaloa fue acordada y elaborada en Los Pinos, y los diputados del PRI dócilmente la vienen promoviendo.
En defensa de los derechos de las mujeres hay que decir que la cúpula de la Iglesia ha continuado dando un trato bastante diferenciado y hasta discriminatorio a las mujeres, y que hasta hoy hace muy poco por los millones de mujeres que son despedidas de su empleo por embarazo, que son discriminadas, que son madres solteras y batallan para sacar adelante su hogar; por las mujeres que son violadas y que son maltratadas. Como tampoco voltean a ver a los millones de niños que crecen en hogares desintegrados, en pobreza extrema; a los niños adictos y de la calle que cada vez más invaden a México y a Sinaloa.
Se ven muy mal los diputados de Sinaloa que promueven esta reforma, porque hasta hoy la Constitución de Sinaloa no tiene incluidos los derechos de las mujeres, pretenden proteger a los “no nacidos”, pero no protegen a las “nacidas”. Nuestro ordenamiento constitucional no se refiere en nada, ni tiene elevado a rango constitucional, como protección específica, los derechos de las mujeres y es una contradicción proteger o salvaguardar los derechos desde la fecundación si la discriminación, el maltrato y la exclusión que sufren millones de mujeres son ignoradas por el texto constitucional.
En Sinaloa cada año miles de mujeres son despedidas de sus centros de trabajo y relegadas de cargos, oportunidades laborales y económicas, solo por quedar embarazadas, incluso en el sector público, no se diga en el sector privado, donde se despide a las mujeres si quedan embarazadas y se les pide que firmen un compromiso de que no se van a embarazar. En empresas como Homex, por ejemplo, esa es una práctica, además de pedirles una prueba de no embarazo para poder contratarlas. Y hasta hoy los diputados sinaloenses que presentaron la iniciativa de reforma no han hecho absolutamente nada para frenar los abusos y discriminación de las mujeres embarazadas. ¿Por qué no legislar para evitar y sancionar a los empleadores que corren mujeres de su trabajo, o las relegan por embarazo? Es muy cómodo legislar para obligarlas a no interrumpir su embarazo, pero no hacer nada por ellas o por los hijos que crecen en una sociedad sin oportunidades de empleo ni desarrollo económico.
En México, y en Sinaloa, 20 por ciento de los hogares son encabezados por mujeres que son jefas de familia, madres solteras, viudas, divorciadas que se quedan solas con la responsabilidad de sacar adelante su hogar y sus hijos y, a excepción del DF, no hay en los estados —tampoco en Sinaloa—, una política pública para proteger a las madres solteras. ¿Estará bien que los diputados legislen para que las mujeres no interrumpan su embarazo antes de los tres meses, pero nunca voltean a ver a las miles de mujeres corridas por embarazo y mujeres solas que sufren porque no tienen lo necesario para sacar adelante a los hijos?
En México y en Sinaloa, hay miles de niños de la calle y abandonados; menores que empiezan con drogas a temprana edad y tampoco hay política pública para apoyar a los niños abandonados y en condiciones de precariedad.
Hay mucha doble moral en la propuesta de los diputados del PRIAN, porque al final, las mujeres que pueden pagarlo, van a seguir interrumpiendo su embarazo antes de los tres meses, entre ellas hijas de políticos y de diputados, pero las que no tienen, van a seguir poniendo en riesgo su vida y su salud para interrumpir la gestación, mujeres que en su desesperación y ante el riesgo de perder su empleo o no poder sacar adelante su hogar, recurrirán a métodos inseguros, insalubres y riesgosos para interrumpirlo.
No se trata de promover el aborto como método anticonceptivo, ni promoverlo irresponsablemente. No creo que haya una sola mujer que festine abortar, pero tampoco se debe permitir que se imponga una mentalidad conservadora que aparentemente cuida la vida de los “no nacidos” aunque se olvidan de ellos cuando nacen, que penaliza a las mujeres que abortan y no protege la vida y los derechos de las mujeres. La Constitución de Sinaloa deben dejarla como está. Que sea una decisión de cada mujer, responsablemente y libremente, respetando también la vida y los derechos de las mujeres.
guerramt@hotmail.com
septiembre 19, 2009
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