Felipe Calderón impulsa Etileno XXI, el proyecto petroquímico más importante de su gobierno, a costa de subutilizar las plantas de Pemex Petroquímica y del millonario subejercicio presupuestal, revelan auditorías del Órgano Interno de Control. Por ello, la Comisión de Energía del Legislativo pedirá a la Auditoría Superior de la Federación audite el proyecto que será explotado por la iniciativa privada
En tiempos de Vicente Fox se llamó Proyecto Fénix. Diseñado e impulsado por Rafael Beverido Lomelín, director general de Pemex Petroquímica (PPQ), como la obra que haría renacer la petroquímica nacional, antaño, una de las primeras del mundo. Felipe Calderón hizo suya la propuesta, denominándola Etileno XXI, en alusión al principal insumo que producirá esa industria.
“Es un proyecto que representa una oportunidad de la más alta trascendencia para elevar la productividad de la industria petroquímica… si logramos el objetivo, cubriríamos el 75 por ciento de las importaciones que hoy se realizan de polietileno de alta densidad y otras materias utilizadas en la industria petroquímica, como polietileno de baja densidad y polipropileno, etcétera, etcétera”, dijo el presidente Calderón el 31 de octubre de 2008 durante la ceremonia de Clausura del XL Foro Nacional de la Industria Química.
En ocasión de sus tres años de gobierno, el 29 de noviembre de 2009, subrayó: “El mes pasado se licitó, finalmente después de una década de cambios en el sector petroquímico, el Proyecto Etileno XXI, que implicará una inversión de más de 2 mil 500 millones de dólares para fortalecer este sector”. Incluyó el proyecto en su decálogo, difundido el pasado 2 de septiembre, donde afirma que el Etileno XXI, que explotarán comercialmente la mexicana Idesa y la brasileña Braskem, impulsará “la transformación de México”.
Ante el fracaso que resultó el Fénix de Fox, Calderón se asegura que no le ocurra lo mismo, pero fortalece su proyecto a costa de subutilizar las plantas de Pemex Petroquímica (PPQ), del millonario subejercicio presupuestal y de la cancelación de proyectos programados en esa subsidiaria, revelan auditorías de la Secretaría de la Función Pública (SFP) y diversos documentos internos signados por Rafael Beverido Lomelín, cuya copia obra en poder de Contralínea.
Las anomalías
Entre las irregularidades detectadas por el Órgano Interno de Control contenidas en la auditoría 9/2009, destaca, “por su importancia”, la “subutilización en la capacidad instalada de las plantas de etileno, polietileno de baja densidad y reformadora BTX (benceno-tolueno-xileno)”. La auditoría, clasificada como “expediente reservado” y fechada el 30 de junio de 2009, fue efectuada en Coatzacoalcos, Veracruz, sede operativa de PPQ.
El organismo de la SFP detalla la subutilización de cada planta. En la de etileno, cuantifica que, “de acuerdo con su diseño, presenta un desaprovechamiento del 32 por ciento”. En la de polietileno, el desaprovechamiento ha oscilado entre el 22 y el 52 por ciento. La planta reformadora BTX, dice la auditoría, “refleja un aprovechamiento de 62 por ciento respecto del procesamiento de nafta y de un 80 por ciento de la producción de reformado BTX”.
Además de la subutilización, que de acuerdo con la auditoría 9/2009 tienen las plantas de etileno, Rafael Beverido cerró tres plantas que producían materia prima en los complejos petroquímicos Pajaritos, Escolín y Morelos, de acuerdo con información oficial de Petróleos Mexicanos (Pemex). Según se denunció ante la SFP, la planta de etileno de Pajaritos se “desincorporó” poco después de una inversión de 60 millones de pesos para su ampliación.
Durante los últimos ocho años, la capacidad instalada de producción de etileno en PPQ, que asciende a 1 millón 364 mil toneladas anuales, ha sido aprovechada sólo al 67 por ciento, de acuerdo con un diagnóstico elaborado por el Instituto de Investigaciones y Estudios Energéticos de los Trabajadores de América Latina y el Caribe (IEETALC).
El periodo corresponde a la gestión del exdirector general de Industrias Negromex al frente de PPQ. Detrás de la subutilización, “está la intensión de Beverido de desmantelar la producción de Petroquímica y que de ella se encarguen exclusivamente los privados”, asegura Rocío Nahle García, exasesora de la Comisión de Energía en la Cámara de Diputados e integrante del IEETALC.
El megaproyecto
En la industria petroquímica, el etileno representa el segmento más importante, pues se usa como materia prima de una múltiple variedad de productos intermedios y finales, como plásticos, resinas, fibras, elastómeros, solventes, recubrimientos, plastificantes, pinturas, lacas, anticongelantes, detergentes, entre muchos otros, de allí su gran demanda a nivel mundial. Se comercializa principalmente a través de sus derivados (polietileno, dicloroetano, cloruro de vinilo, estireno, etilenglicol) en lugar de monómero puro. En los últimos años, su precio en el mercado internacional se ha mantenido a niveles sostenidos, pero, según estimaciones de la Secretaría de Energía, hacia 2012 irá a la alza.
El Etileno XXI proyecta construir y operar un cracker (horno de pirolisis) con una capacidad de 1 millón de toneladas de etileno al año, así como la construcción y operación de unidades integradas de polimerización para la producción de polietilenos. En noviembre pasado, Pemex asignó la concesión a Idesa/Braskem, que la explotarán comercialmente durante 20 años (a partir de 2015, en que comenzará a operar), y con la posibilidad de ampliar su periodo. La inversión estimada es de 2 mil 500 millones de dólares, 70 por ciento de los cuales se obtendrán mediante un Project Finance, y el resto con capital de los accionistas.
Mediante un convenio se estipuló que la paraestatal, a través de Pemex Gas y Petroquímica Básica (PGPB), le suministrará a Idesa/Braskem 66 mil barriles diarios de etano durante 20 años.
Aunque privado, el Etileno XXI implica una millonaria erogación económica de las arcas públicas: el programa de inversión de Pemex 2009-2012 indica que en lo que resta del sexenio, PGPB destinará 205 mil millones de dólares a construir dos ductos para suministrarle el etano a Idesa/Braskem; un ducto de 70 kilómetros de Ciudad Pemex a Nuevo Pemex y el otro ducto de 140 kilómetros de Nuevo Pemex-Cactus-Coatzacoalcos, municipio que albergará al complejo que se construirá en una extensión de 200 hectáreas donadas por el gobierno de Veracruz. El monto que PGPB gastará en sólo dos ductos representa más del 40 por ciento de su inversión destinada a “proyectos prioritarios” de este sexenio.
Eso no es todo. Para abonar a la supuesta necesidad de inversión privada en PPQ, Beverido Lomelín ha ordenado el considerable subejercicio presupuestal, la cancelación de importantes proyectos, así como la anticipada asignación de otros a la iniciativa privada. Lo anterior lo revela un informe fechado el 10 de noviembre de 2009, enviado por Rafael Beverido a la legisladora Laura Itzel Castillo Juárez, secretaria de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados.
En el informe, del que Contralínea tiene copia, el funcionario detalla cada proyecto cancelado durante 2009, a pesar de contar con los recursos presupuestales, también por impulsar el Etileno XXI.
El primero de ellos es la ampliación de la Planta de Etileno en el Complejo Petroquímico Morelos. La licitación se efectuó en dos ocasiones: diciembre de 2006 y marzo de 2008; en ambas, Beverido declaró desiertos los procesos. En junio de 2008 determinó suspender el proyecto y otros asociados a la cadena de etano y “vincularlos” a “la iniciativa del proyecto Etileno XXI”, especifica en el informe.
El segundo fue la ampliación de la Planta de Óxido de Etileno de 225 a 360 Millones de Toneladas Anuales (MTA), dividida en dos etapas. En 2007 se iniciaron los trabajos de la primera ampliación de 225 a 280 MTA. El 5 de junio de 2008, Beverido decidió suspender la segunda etapa, en la que se alcanzaría una producción de 360 MTA, para “vincularla” “a la iniciativa del proyecto Etileno XXI”, indica en el informe.
A investigación
Para la legisladora Castillo Juárez, el informe suscrito por Beverido Lomelín “es una prueba irrefutable de los malos manejos que está haciendo Pemex Petroquímica”, pues, dice, “en el caso concreto del Etileno XXI, es evidente que hay malos manejos. El mismo Beverido, en el informe que me envía, explica que su decisión de suspender la ampliación y modernización de la cadena de etileno en el complejo petroquímico Morelos es para vincularla al complejo Etileno XXI, lo cual es ilegal. Es muy grave lo que está haciendo ¡está desmantelando Pemex! Sorprende su respuesta ya que no oculta esa situación que es irregular, aunque pretende decirlo de manera eufemística”.
En entrevista, la secretaria de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados adelanta que el Legislativo prepara una solicitud para que el auditor Superior de la Federación, Juan Manuel Portal Martínez, realice una auditoría especial al Etileno XXI. Ésta sería una de las primeras encomiendas que tendría el nuevo titular del órgano máximo de fiscalización del país.
La importancia de que la Auditoría Superior de la Federación audite el Etileno XXI, dice la legisladora integrante del Partido del Trabajo, radica en que “el objetivo del proyecto de Calderón es favorecer solamente a los privados, en lugar de promover que la producción de etileno, que es muy rentable dentro del campo petrolero, lo lleve el Estado dentro de su industria paraestatal”.
José Daniel de la Cruz, exsubdirector de Proyectos de PPQ, habla de las pérdidas económicas que significan para el país que no sea el Estado el que directamente se encargue de detonar la producción de etileno: “El potencial tan grande que tiene la producción y venta de etileno es motivo suficiente para que Pemex se encargara de ello. Se trata de una industria que a nivel mundial está creciendo a un ritmo acelerado, y México está perdiendo esa oportunidad. Actualmente, Pemex tiene las plantas de Morelos y Cangrejera, que si no estuvieran subutilizadas, podrían cubrir la demanda de etileno. Pero la iniciativa privada ya le echó el ojo y no van a parar hasta quedarse con la industria, porque es la de más alto rendimiento. Es una lástima que, para que se beneficien los empresarios, Pemex no produzca lo que debería, cuando enfrentamos en el país una situación de tanta pobreza”.
Los señalamientos de los supuestos malos manejos en el Etileno XXI se suman a las múltiples acusaciones que en contra de Beverido se han presentado ante instancias como la SFP y de carácter judicial como la Procuraduría General de la República, entre otros, por sus intentos de vender como chatarra en el extranjero las plantas de la subsidiaria.
Pero a medida que las denuncias en su contra se acumulan ante las instancias de gobierno, el funcionario recibe el espaldarazo de los titulares en turno en la paraestatal. Lo recibió de Raúl Muñoz Leos cuando, poco después de su llegada a PPQ, ante la SFP se reportaron las primeras denuncias en su contra; luego con Ramírez Corzo cuando el tema tomó carácter judicial. Llegó luego Jesús Reyes Heroles y Beverido permaneció incólume. Apenas en octubre pasado, durante el XLI Foro Nacional de la Industria Química, el presidente Calderón, como el director de Pemex, Juan José Suárez Coppel, le dieron su espaldarazo.
Contralínea solicitó una entrevista con el director general de PPQ, Rafael Beverido, para que explicara los señalamientos que hacen las fuentes consultadas en esta investigación periodística, pero hasta el cierre de esta edición, no hubo respuesta.
La confabulación
La subutilización que la administración de Rafael Beverido Lomelín ha hecho de las plantas de Pemex Petroquímica (PPQ) no es ajena a la secretaria de Energía, Georgina Keseel Martínez, responsable del sector. En julio pasado, Contralínea reveló un informe interno expuesto en 2008 por Jesús Reyes Heroles ante el Consejo de Administración de Petróleos Mexicanos (Pemex), que preside Kessel Martínez, en el cual, el entonces director general de Pemex expuso que Petroquímica presentaba resultados que “no sólo reflejan el desempeño operativo, sino un deterioro muy preocupante”.
Detalló que registraba el subejercicio porcentual más alto de todas las subsidiaras y sus plantas, consideradas dentro del Programa Operativo Anual, y que estaban paradas u operaban a medias. Aludió, precisamente, la baja productividad que tenía las plantas de etileno en el Complejo Petroquímico Morelos, en tanto que las de Escolín estaban apagadas sin razón aparente. Ello, explicó, contribuyó a las pérdidas por 4 mil 700 millones de pesos que hacia el primer trimestre de 2008 registraba dicha subsidiaria.
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