noviembre 03, 2010

Terminó en vacilada

po Isabel Dorado Auz

La semana pasada, les comentaba acerca de la posibilidad de establecer un verdadero diálogo entre el Gobierno del Estado, a través de la SIDUR, y  grupos ciudadanos inconformes por la desaparición constante de áreas verdes en nuestro municipio. Sin embargo, para decepción nuestra, corroboramos que siguen las mismas actitudes y las mismas imposiciones que tanto padecimos durante la negra etapa del Boursismo.

Para empezar, nos enteramos que la obra en cuestión, distribuidor Vial del Boulevard Morelos, estaba concesionada al gobierno del estado y que el municipio solo era un espectador, al menos esa fue la impresión que nos quedó cuando preguntamos por qué no se nos había entregado el acta de la sesión de cabildo en que se discutió y autorizó dicha obra. Para sorpresa nuestra, el secretario nos dijo que había obras que correspondían al municipio y había otras en las que directamente su secretaría se ocupaba de todos los detalles. Es decir, poco importa, en este caso, la opinión de nuestras autoridades municipales y por ello, suponemos, fueron totalmente ignoradas. Será interesante, saber de viva voz del alcalde que piensa al respecto, si es que se concreta la audiencia prevista para este Jueves 4 de Noviembre, donde entre otras cosas, se plantearían otras problemáticas, como lo relacionado al cerro Johnson, la Gasolinera en la confluencia de Margarita Maza de Juárez y el robo que pretende consumar la familia Coppel en el vaso de la presa.

Otro punto importante a resaltar de la reunión fue la aceptación explícita de que no hay personal certificado trabajando en el trasplante de los árboles, y más aún la persona encargada del proceso no nos dio garantía plena de que vayan a sobrevivir los árboles trasplantados. De hecho, nos mostró diapositivas acerca de los trasplantes realizados por árbol 2000, la empresa contratada por el gobierno del estado, donde apreciamos que el árbol de mayor diámetro que aparecía en las diapositivas tenía un diámetro de 9 pulgadas, cuando la mayoría de los árboles del Boulevard Morelos sobrepasan las 10 pulgadas y, algunos de ellos, superan las 20 pulgadas. En tal sentido, nos dio la impresión de que piensan experimentar con los árboles del camellón central del Boulevard en cuestión. Ante ello, habrá que estar muy atentos, en caso de que insistan en llevar a cabo el proyecto sin modificaciones, en darle seguimiento al trasplante de los árboles y corroborar personalmente el destino final de los mismos para evitar de que nos vuelvan a tomar el pelo, tal y como sucedió en el sexenio de Eduardo Bours.

Otra sorpresa, fue el enterarnos de que contamos con un manto freático a tan solo 5 metros de profundidad en esa zona, producto del cuestionamiento que hicimos en torno a por qué no se hacía un paso a desnivel subterráneo para agilizar el tráfico. Luego entonces, surgieron otras dudas: que no se supone que en Hermosillo tenemos una total carencia de agua, machacado constantemente por las administraciones panistas; no nos habían dicho las mismas autoridades, en la primera reunión, que en ese lugar había material rocoso que incrementaba en tres veces la inversión necesaria; o acaso, puede haber compatibilidad de roca sólida con manto freático a solo 5 metros de profundidad.

En fin, muchas dudas, pocas respuestas. Eso sí, una certeza total, el gobierno del estado montó este circo para dar la impresión de que en este "nuevo sonora" si se atienden las voces ciudadanas, al final tuvieron que reconocer que para ellos, sobre la mesa solo existió una sola alternativa, la destrucción del área verde del camellón central del Boulevard Morelos. Por eso, al no cumplir con su objetico, el secretario mostró una gran crispación al no obtener de nuestra parte el aval que le encargaron en las oficinas de palacio de Gobierno y perdió Guillermo Padrés otra oportunidad para legitimarse ante el pueblo sonorense y sacudirse, de una vez por todas, esa herencia boursista que se percibe en todas sus acciones de gobierno.

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