Apuntes
Por Guillermo Fabela Quiñones / Poresto.net
Por más que uno quisiera olvidarse de la gravedad de la situación del país actualmente, escribir de asuntos internacionales o incluso culturales, esto no es posible porque sería una irresponsabilidad hacerlo. Contra el optimismo sin bases de Felipe Calderón, el país se le fue de las manos hace ya buen tiempo, a partir de que asumió el poder no sólo de manera espuria, sino con el único propósito de servir a una oligarquía ciega y sorda ante la dramática realidad nacional. Sobran ejemplos para confirmar tal argumentación.
Con todo, baste referirse al denodado empeño de éste en acabar con el movimiento obrero independiente, con las terribles consecuencias que acarrea tan aberrante proceder, para demostrar que lo único que busca el continuador del "gobierno" de empresarios para empresarios, es apuntalar un régimen sin garantías individuales, donde el Estado de Derecho sea una entelequia.
Esto es sumamente peligroso, porque aun cuando el pueblo mexicano rechace la violencia por principio, como lo demuestra la realidad, se le está arrinconando de manera por demás injusta, al extremo de que no quede otra salida que dar paso a una ingobernabilidad de la que nadie saldrá beneficiado, mucho menos la administración calderonista. La actuación de Javier Lozano Alarcón, secretario del Trabajo, es por demás ilustrativa de lo anterior, en tanto que organismos internacionales han tomado debida nota de la improcedencia de actos contrarios al espíritu y la letra de los ordenamientos legales en la materia, entre otros la Confederación Laboral Canadiense y la poderosísima central obrera estadounidense AFL-CIO.
En este caso, Lozano mostró su molestia y censuró también la solidaridad de los sindicalistas de ambas naciones con el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME). Dijo: "Para variar, opinan de lo que no saben y juzgan sobre casos que no han estudiado; hacen aseveraciones que no corresponden ni con la realidad ni con el marco jurídico del país". Ahora sí se mostró muy celoso de la soberanía de México, cosa que no hace cuando este principio es violado todos los días por empresarios españoles, canadienses y estadounidenses, respaldados por sus respectivos gobiernos. En estos casos no se muestra indignado como ahora lo hace y puntualiza: "Hay que recordar que los asuntos políticos del país están reservados para ciudadanos de la República". Así lo dijo sin morderse la lengua.
En vez de mostrar algún interés en buscar soluciones viables a un conflicto innecesario, como este del SME, Lozano parece que disfruta enardeciéndolo, como así habrá de suceder con la malhadada decisión de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) de no otorgar la toma de nota a Martín Esparza Flores como secretario general del SME, ¡cuatro meses después de las elecciones internas y cuando el gobierno federal había tomado la decisión de liquidar a la organización sindical! Ahora resulta, de conformidad con el laudo de la JFCA, que el sindicato existe, pero sólo si lo dirigiera el principal opositor de Esparza, el ex tesorero del sindicato, Alejandro Muñoz. Así queda probado que lo único que buscaba Calderón al "liquidar" al SME y cerrar el centro de trabajo, Luz y Fuerza del Centro, era acabar con una organización democrática que se distingue por su firme rechazo a la privatización del sector eléctrico, que además no se prestaba a ser cómplice de corruptelas como las que han estado saliendo a la luz pública.
En consecuencia, a los problemas económicos, de por sí angustiosos, que se agudizarán el año próximo como lo acaba de reconocer el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz Martínez, se habrán de sumar graves calamidades políticas por el empeño de Calderón en apuntalar un sistema entregado a los poderes fácticos, donde los derechos ciudadanos más elementales no tendrían cabida. Si en la actualidad, luego de tres años de acumulación de graves errores, la realidad nacional es muy gris, a partir del 2010, de continuar el estado de cosas actual, adquirirá de plano el color más negro que se pueda imaginar. Y no es que uno quiera ser pesimista, sino que no hay ninguna base para hacer señalamientos diferentes a los que con obstinada firmeza se observan en los hechos cotidianos.
gmofavela@hotmail.com
0 comentarios:
Publicar un comentario