Carta al director:
NO VOTAR O VOTAR EN BLANCO
El abstencionismo ha representado en nuestro país desde hace tiempo la desilusión de muchos o el hartazgo de otros tantos. En países desarrollados, el abstencionismo muchas veces es sinónimo de estar bien. De aprobación al régimen.
Actualmente, hay una campaña para anular el voto. La idea es que en el voto anulado la población manifiesta su inconformidad con el sistema.
Voy a platicarles como le hacían los priistas y le hacen muchos ahora para ganar, anular precisamente los votos buenos de los contendientes o, pagando para que no votes.
La intención de los desesperados es buena, pero es errada. Lo que tenemos que cambiar en todo caso es el sistema, político y electoral. Político, para que puedan los ciudadanos ser votados, por ejemplo, o se institucionalice el plebiscito y el referéndum, o la rendición de cuentas; electoral, para que se establezca un mínimo de participación tal vez, o segunda vuelta electoral.
No sé si esa sea la intención de lograr en un futuro. Pero no es el camino.
No le hacemos ningún favor a la posibilidad de la democracia con no votar o votar en blanco. Al contrario.
Manuel Ángel Rodríguez
Maestro en procesos políticos-UAM
junio 10, 2009
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